Por qué los hombres son tan quejicas: la Ciencia ayuda a resolver el misterio

  • Los científicos han estudiado la respuesta fisiológica de ambos sexos y han llegado a conclusiones que exculpan a algunos hombres demasiado quejicas.

    Incluso los experimentos realizados en animales muestran la fortaleza de las primeras reacciones de las hembras contra las infecciones.

Las mujeres se quejan con frecuencia de que sus parejas no pueden mover ni un dedo cuando tienen un resfriado.
Las mujeres se quejan con frecuencia de que sus parejas no pueden mover ni un dedo cuando tienen un resfriado.
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Un chiste muy popular entre las mujeres, y muy compartido en redes sociales, reza más o menos así: “Por fin mi marido ha sentido lo mismo que una mujer en un parto: se ha pillado un fuerte resfriado”.

Un hombre, el doctor Sergio Díez Álvarez, director médico del Hospital Maitland and Kurri Kurri (Universidad de Newcastle) de Nueva Gales del Sur, (Australia), ha echado un cable científico a sus congéneres masculinos. Su investigación sostiene que el sistema inmunológico masculino ha evolucionado peor que el femenino. O sea, que es más débil. En conclusión: los hombres se contagian más fácilmente de la gripe y les afecta más.

Los estrógenos, hormonas femeninas producidas por los ovarios, fortalecen las defensas de la mujer. Y sin embargo, su equivalente masculino, la testosterona, menoscaba la capacidad del cuerpo para combatir los virus. Por si fuera poco, la parte del cerebro que activa la fiebre es mayor en ellos que en ellas, lo que indica que presenta una sensibilidad mayor ante un resfriado.The 'man-flu'

“¡Qué mal enfermo es mi marido, siempre está quejándose!”, se lamentan muchas abnegadas esposas, novias, parejas… En países de habla anglosajona se conoce estos síntomas con los del “hombre-gripe” u “hombre resfriado” (man-flu). Se trata de una frase hecha, citada por el diario británico Daily Mail al tratar este tema, que refleja la idea de que los varones son unos 'quejicas' cuando sufren el molesto resfriado, el popular trancazo o la simple gripe.

El “hombre-gripe” manifiesta una exagerada -siempre a juicio de sus parejas- incapacidad para realizar el mínimo esfuerzo físico. De ahí que requieran de sus allegados para actividades tan leves como alcanzar un vaso de agua, acercar el sillón a la tele o mover el sofá de posición.

La ciencia le echa una valiosa ayuda a los hombres. Ya en 2015, una investigación sobre Personalidad y Salud de la Universidad de la Cámara de Comercio Thai y de la Universidad Estatal de Washington indicaba que los hombres conllevan peor que las mujeres los rigores de las enfermedades. Los hombres manifiestan un “umbral del dolor” más bajo que el de las mujeres, especialmente cuando se trata de los síntomas de la gripe.

Un estudio de la Universidad de Glasgow corrobora esta versión: a diferencia de las mujeres, los hombres sobrerreaccionan ante los síntomas de la gripe, y los interpretan peor.El sexo masculino es más débil

¿Y por qué ocurre esto? ¿Por qué los hombres se defienden peor de las infecciones que las mujeres, a las que paradójicamente la historia ha tenido injustamente por ‘sexo débil’?

La Universidad de Cambridge intentó dar una respuesta en una investigación publicada en 2010. Sus científicos analizaron las características de la evolución diferenciadas en función de los sexos. Concluyeron que las actividades más frecuentes en los hombres implicaban un consumo mayor de recursos fisiológicos para la supervivencia, lo cual disminuía sus niveles de protección en el sistema inmunitario.

Según los investigadores, la principal hormona femenina, los estrógenos, cumple un papel importante en la regulación del sistema inmunitario. De hecho, existen muchas más mujeres con una inmunidad natural a enfermedades como la esclerosis múltiple. Los estrógenos, además, tienen más capacidad de afectar a los virus y de impedir su capacidad de reproducirse.

Por el contrario, la testosterona, hormona masculina, mejora la operatividad de un conjunto de genes que a su vez deterioran la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Experimentos realizado en animales demuestran que las hembras responden con más fuerza en las primeras fases de las infecciones bacterianas graves.

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