Homenaje a las policías de Melilla tras la campaña en su contra en Marruecos

Melilla.- El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha rendido hoy un homenaje a las agentes destinadas en la frontera de Melilla que el pasado agosto fueron objeto de una campaña de desprestigio por parte de activistas marroquíes.

En total, 22 mujeres -20 policías nacionales y 2 guardias civiles- han recibido un "Giraldillo", máxima distinción que otorga el sindicato y que se concede como reconocimiento a la "entereza" que estas funcionarias demostraron ante una situación de tanta "presión".

Al acto, que se ha desarrollado en el hotel Melilla Puerto, ha acudido el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, así como distintos miembros del Gobierno melillense, diputados de la Asamblea y compañeros de la Policía, entre ellos su jefe superior, Juan Manuel Calleja.

También han estado presentes el secretario general del SUP, José Manuel Sánchez Fornet, acompañado por el responsable del sindicato en la ciudad, Julián Millán, y de la responsable del Foro de la Mujer del SUP, Pilar Olaya, además de Carmen Navarro Martínez, directora general para la Igualdad en el Empleo y contra la Discriminación del Ministerio.

Las agentes han recogido la estatuilla, acogida como símbolo por este sindicato nacido en Sevilla como "recompensa" por la situación vivida y como reconocimiento a la actitud que mantuvieron en todo momento ante los continuos ataques que sufrieron por parte de los activistas marroquíes.

Aunque algunos de sus rostros fueron protagonistas de carteles con manos manchadas de sangre, así como junto a camiones de basura, hoy han preferido guardar su anonimato, ya que entienden que su imagen ya se ha expuesto en demasía, y porque tienen que seguir prestando su labor en los distintos puestos fronterizos.

Pilar Olaya ha resaltado el importante papel que desempeñaron las agentes, quienes estuvieron en todo momento a la altura de las circunstancias, a pesar de que se habían convertido en objeto de burla por parte de los activistas.

Ha aludido a la dificultad de "enlazar" dos culturas tan diferentes, como las que se dan a un lado y otro de la frontera, pero ha incidido en que a veces se justifica una actitud en el "mal uso" de una cultura para alentar una falta de respeto.

También ha destacado que las agentes de Melilla, con todo lo que han vivido, han reforzado su imagen y se han convertido en un ejemplo de profesionalidad, ya que han sabido estar, incluso, por encima de las circunstancias.

Olaya ha opinado que la actitud hacia las agentes formó parte de "una campaña" ajena a ellas mismas, que las tomó como muestra de comportamientos desagradables dentro de "un plan de humillación".

Ha recordado que el pasado año se celebró el 30 aniversario de la incorporación de la mujer a las Fuerzas de Seguridad, un tiempo en el que, en los comienzos, se planteó la duda de si podrían realizar el mismo trabajo que los hombres.

Por su parte, el presidente de Melilla ha agradecido la "serenidad" que guardaron las agentes ante tanta "provocación y coacción".

Imbroda se ha preguntado qué podría haber ocurrido si los agentes de frontera no hubiesen respondido con la profesionalidad que respondieron, dando ejemplo de una gran entereza e incluso "frialdad".