Europa obliga a una gran coalición: ¿Lagarde candidata de consenso a presidir la Comisión?

Hacer una lectura principalmente española de las elecciones europeas, o incluso nacionalista a nivel de Comunidad Autónoma, es coger el rábano por las hojas. La verdadera interpretación debe ser en clave de la Unión Europea. En todo caso, los resultados pueden ser una llamada de atención a los Gobiernos y los partidos, pero de ellos no se pueden desprender decisiones democráticas, porque no se votaban formalmente ninguna decisión de naturaleza local. Y por supuesto nada que ver sobre el machismo, o no, de un candidato; una anécdota desgraciada que los resultados han demostrado que no importaba lo más mínimo a los electores.
La lectura europea es clara. La matemática parlamentaria se inclina a una gran coalición. El Partido Popular Europeo y el Partido Socialista Europeo sumados pueden proponer por mayoría absoluta un candidato a Presidente de la Comisión. Ninguno de ellos por separados lo pueden hacer. Ni siquiera el PPE sumado con los liberales. Por tanto no queda más solución que el pacto.
Además, es un pacto razonable vista la subida de los euroescepticos, la extrema derecha o la izquierda radical. Los dos partidos más votados son el centro político. Un centro político obligado por la voluntad de los votantes.
La mayoría absoluta de los europeos les obliga. Algo no demasiado difícil si se tiene en cuenta la existencia de otra “Gran Coalición” en Alemania, el principal país de la Unión. Algo que algunos pronostican para después de las elecciones generales en España por ejemplo.Pero no es solo la matemática parlamentaria, también lo dicen los programas

La Gran Coalición europea no sólo es lógica por la matemática parlamentaria. Los programas también lo permiten. Tanto Juncker como Shulz se han mostrado partidarios de que el BCE sea beligerante contra el paro con políticas monetarias, comprando por ejemplo bonos soberanos en el mercado y dando liquidez al sistema. Los dos piensan que hay que regular la emigración, pero respetando los Derechos Humanos de los inmigrantes. Ambos son partidarios de la firma de un tratado de librecambio con EE. UU. que supondría un crecimiento de varios puntos del PIB europeo. Por eso a veces escribí que en estas elecciones no se votaba a Valenciano o a Cañete, sino a los candidatos a Presidentes a la Comisión Europea.Ahora llegan las negociaciones, esperemos racionalidad y altura de miras

De manera que no nos extrañe que en las próximas semanas veamos negociaciones continuas para formar los diferentes órganos de la Unión Europea. Lo dijo Merkel hace unos días: todo es negociable. Incluso se ha dicho que podría salir un tercer candidato de consenso para presidir la Comisión:  Lagarde, la Presidenta del FMI. 
Esa es la consecuencia real de los resultados. Esperemos que los diputados europeos del PPE y el PSE apliquen la racionalidad y altura de miras a sus decisiones. No es hora de que se dejen arrastrar por intereses locales, personales o partidarios. Europa necesita de Estadistas para construirla. Sus fundadores lo fueron ¿Encontraremos algunos entre los elegidos?
Luego están las lecturas nacionales, locales o pueblerinas de estas elecciones. Pero eso se lo dejo a los que vuelan bajo.