Indígenas y Gobierno hablan de diálogo pero no se ponen de acuerdo en cómo

  • El Gobierno boliviano de Evo Morales y los indígenas amazónicos que rechazan la construcción de una carretera que partiría en dos un parque nacional reiteraron hoy su disposición a dialogar, pero no logran ponerse de acuerdo en cómo ni dónde lo harán.

La Paz, 20 oct.- El Gobierno boliviano de Evo Morales y los indígenas amazónicos que rechazan la construcción de una carretera que partiría en dos un parque nacional reiteraron hoy su disposición a dialogar, pero no logran ponerse de acuerdo en cómo ni dónde lo harán.

Tras ser recibidos triunfalmente ayer en La Paz, al cabo de 66 días de caminata, los nativos fueron convocados a hablar hoy en la sede de la Vicepresidencia, pero ellos quieren dialogar con Morales en su despacho presidencial, dijo a los medios el líder del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Fernando Vargas.

Los nativos exigen que Morales les reciba en el Palacio Quemado, sede del Gobierno, porque ya no confían en las convocatorias de las autoridades tras ocho intentos fallidos de diálogo en los últimos meses, que solo retrasaron la llegada de la marcha a La Paz, y la última fue seguida por una violenta represión policial.

"Nosotros estamos en la sede de Gobierno, en la plaza Murillo, al frente del Palacio, y nos sentaremos a discutir que nuestras demandas se vayan resolviendo una a una con el presidente del Estado, no con el vicepresidente", dijo Vargas, que se ha quejado de que Morales no los recibiera ayer mismo.

"Debería haber salido el presidente y decirnos 'bienvenidos a la casa de Gobierno', pero no apareció. Por lo menos (Morales debió) decir 'disculpen de ordenar a los ministros que les saquen la mierda", declaró Vargas.

El ministro de Comunicación, Iván Canelas, explicó que el Palacio Quemado "está siendo sometido a una refacción", aunque hasta hace pocas horas hubo allí reuniones oficiales, y señaló que cuando terminen esas obras Morales recibirá allí a "todos los hermanos indígenas que han llegado a La Paz".

Pero los indígenas no aceptaron esa excusa e insistieron en que quieren dialogar allí y directamente con el mandatario.

La marcha fue recibida en La Paz por una multitud que colapsó las calles del centro para vitorear y festejar a los nativos, en claro rechazo a Morales y su Gobierno, que han hecho todo lo posible, incluida una violenta represión policial, para detener esa protesta.

Tras un mitin en la plaza Mayor, unos doscientos amazónicos lograron burlar el control policial y entrar anoche a la plaza Murillo, donde están el Palacio Quemado y el del Legislativo, para instalar una vigilia hasta que Morales les reciba.

El resto de los nativos se instaló en aulas y un coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés.

Medios locales informan que la policía impidió anoche que vecinos entregaran en la plaza Murillo abrigos, mantas, alimentos y agua a los indígenas, que proceden de las tierras bajas y tropicales de la Amazonía y no tienen indumentaria adecuada para los casi 4.000 metros de altitud de La Paz.

Pero esta mañana se autorizó el paso de la gente, previa revisión por motivos de seguridad, según las autoridades.

Los amazónicos recorrieron desde el 15 de agosto más de 500 kilómetros desde la ciudad de Trinidad (noreste) para exigir a Morales que suspenda definitivamente la construcción de una carretera de 300 kilómetros, financiada por Brasil y proyectada para dividir en dos el Tipnis.

Los indígenas defienden esa reserva natural de 1,2 millones de hectáreas porque creen que el proyecto causará daños ambientales y permitirá que sus tierras sean invadidas por madereros y productores de coca, base para fabricar la cocaína.

Morales sigue siendo líder de federaciones de productores de coca de la región central del Chapare, vecina al Tipnis, a quienes ha prometido más tierras.

Los líderes de la marcha acusaron ayer al mandatario de buscar la destrucción del Tipnis para aumentar los cultivos de coca, lo que solo servirá para "producir más droga", y de dañar a la "Madre Tierra" y no respetar los derechos de las etnias nativas.

Anunciaron que no se irán de La Paz hasta lograr la anulación del contrato con la empresa brasileña OAS, que comenzó a construir la carretera en junio pasado.

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