Interior asume fallos el 22M, cesa a un mando y reorganiza los antidisturbios

  • La Policía ha constatado que hubo fallos de coordinación en el dispositivo policial de las Marchas de la Dignidad del 22 de marzo, unos errores que han motivado el relevo del jefe de la primera Unidad de Intervención Policial (UIP) de Madrid y ha obligado a Interior a reorganizar los antidisturbios.

Madrid, 23 abr.- La Policía ha constatado que hubo fallos de coordinación en el dispositivo policial de las Marchas de la Dignidad del 22 de marzo, unos errores que han motivado el relevo del jefe de la primera Unidad de Intervención Policial (UIP) de Madrid y ha obligado a Interior a reorganizar los antidisturbios.

Son las consecuencias de la investigación interna que abrió la Policía tras unos incidentes que acabaron con 101 heridos, de los cuales 67 eran policías, y de la que hoy ha dado cuenta en la comisión de Interior del Congreso el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.

Aunque de la actuación policial no se derivan responsabilidades disciplinarias, Cosidó ha querido que para restaurar la "plena confianza" de los antidisturbios en la cadena de mando, sea relevado el jefe de las UIP de Madrid, Javier Virseda, que apenas llevaba tres meses en el puesto.

Una decisión que tanto a la oposición como a los sindicatos policiales les ha parecido insuficiente, toda vez que estos últimos y la Izquierda Plural ya habían demandado el cese de Virseda, pero también los de jefe de las UIP de toda España, José Miguel Ruiz Iguzquiza, y del comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona.

Ese día los violentos consiguieron acorralar a un subgrupo de UIP, el denominado Puma 70, que se quedó aislado a la altura del paseo de Recoletos y fue objeto de la acción de los radicales sin que llegaran refuerzos para auxiliarles.

Cosidó ha dejado claro que la investigación no ha detectado fallos en el diseño ni el despliegue del operativo -el mayor establecido para este tipo de convocatorias con 1.512 agentes de las UIP y 167 de las UPR-, pero sí "algún fallo de coordinación y comunicación" en el transcurso de los violentos altercados.

Fallos que impidieron, ha añadido, que las decisiones pudieran trasladarse de la forma cohesionada y con la rapidez suficiente al grupo que quedó aislado, lo que "propició que se eliminara su capacidad de anticipación y sufriera un número de heridos inaceptable".

Y entre esos errores, Cosidó ha citado la irrupción de un camión de bomberos desplazado para apagar una barricada y de cuya presencia no informaron los agentes que debían hacerlo. El vehículo fue utilizado por los violentos como parapeto e, incluso, partió en dos el dispositivo policial.

Para evitar que vuelva a suceder y ante la escalada de violencia que la Policía está detectando, Interior ha decidido, además del relevo de Virseda, establecer un protocolo con el Ayuntamiento de Madrid para mejorar la coordinación con los servicios de emergencia, remodelar la estructura de las UIP y dotar a los agentes de mejores medios de protección, con un coste de medio millón de euros.

De entre esos cambios, Cosidó ha resaltado la creación de un grupo de intervención inmediata con agentes especialmente cualificados y dotado con vehículos más ligeros para que puedan intervenir de forma rápida ante situaciones de graves disturbios como los del 22M y en apoyo del resto de las unidades.

Nuevos cascos, hasta 800 con mejoras en la pantalla de protección, 300 escudos más resistentes a los actuales. 350 chalecos antitrauma con protección inguinal y en el cuello y 800 pares de un nuevo modelo de espinilleras será el nuevo material que de forma urgente quiere adquirir la Policía para los antidisturbios.

Todo ello para mejorar la equipación actual, que se ha mostrado vulnerable a la dureza de las "armas" empleadas por los violentos -desde adoquines a enrejado de alcantarilla, pasando por artefactos incendiarios- que dañan el material dejándolo inservible, como el que ha exhibido Cosidó en el Congreso: un casco, un chaleco y un escudo destrozados.

Muestra de la escalada de violencia a la que hasta ahora la Policía no se había enfrentado, con la concentración de hasta 40 grupos de radicales como los Bukaneros, las juventudes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) y grupos independentistas de diferentes comunidades como Askapena, Ernai, Arran, Isaca, Briga, Azarug Purna Jaleo o Inekaren, además de los de Madrid como Yesca, Brigada 13 de noviembre y No tenemos miedo.

Unidos todos ellos contra la democracia, la monarquía y la Constitución y que actuaron contra la Policía de manera coordinada y premeditada, aupados por un grupo de manifestantes "pasivos" pero que les instaban a la violencia.

Querían, ha reseñado Cosidó, protagonizar un "salto cualitativo" en la lucha y "una jornada de combate" para "perder el miedo a la Policía", por lo que días antes circularon manuales en internet de resistencia e instrucciones concretas como aprovisionarse de chinchetas y clavos para pinchar ruedas de coches policiales.

Ha justificado el director general las órdenes de no actuar porque la manifestación todavía se estaba desarrollando cuando comenzaron los incidentes y usar medios antidisturbios hubiera sido "contraproducente", si bien se emplearon 174 salvas de fogueo, 126 pelotas de goma y tres botes de humo.

Insatisfechos por estas explicaciones se han mostrado los grupos de la oposición, que en el caso de IU ha reclamado, en boca de Ricardo Sixto, más dimisiones y de no ser así, ha pedido el cese del propio Cosidó, ya que "los errores y la incapacidad pudieron haber costado vidas".

Otro de los diputados más críticos ha sido el socialista Antonio Trevín, que aunque ha condenado a los violentos, ha considerado que el 22M ha sido un ejemplo de "irresponsabilidad, falta de previsión y descoordinación", a la que vez que ha aprovechado para reprochar a Cosidó por hacer un trabajo "sucio defensivo" en los casos Gürtel y Bárcenas. EFE

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