Irán y las seis potencias ante una nueva fase de las negociaciones nucleares

  • Irán y el grupo de seis grandes potencias retomaron hoy en Viena sus contactos directos a alto nivel para empezar con la redacción de los pilares básicos de un posible pacto global que ponga fin a una década larga de conflicto en torno al programa nuclear de la República Islámica.

Jordi Kuhs

Viena, 14 may.- Irán y el grupo de seis grandes potencias retomaron hoy en Viena sus contactos directos a alto nivel para empezar con la redacción de los pilares básicos de un posible pacto global que ponga fin a una década larga de conflicto en torno al programa nuclear de la República Islámica.

"Esperamos poder pasar a una nueva fase de las negociaciones en las que vamos a empezar a definir el marco de lo que podría ser un acuerdo", señaló hoy Michael Mann, portavoz de la responsable de política exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton.

En declaraciones a la prensa en la capital austríaca, el portavoz comunitario agregó que las partes "están altamente comprometidas y listas para debates y sesiones de trabajo intensos".

"Se trata de cuestiones técnicas y políticas complejas pero es un hecho que estamos haciendo todo lo posible para alcanzar un buen acuerdo con el que todos estén satisfechos", explicó Mann.

El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, y la propia Ashton dirigen estas conversaciones que, según los analistas, están entrando en una fase decisiva.

Es que los negociadores se van acercando cada vez más al 20 de julio, la fecha límite pactada en la hoja de ruta firmada en Ginebra el año pasado para un cerrar un acuerdo final.

El objetivo es doble: acabar con las dudas sobre si Irán busca tener armas atómicas y hacer posible que la República Islámica acceda a la tecnología nuclear con fines pacíficos.

Un acuerdo que fuentes estadounidenses de la negociación suelen comparar con el rompecabezas de completar un cubo de Rubik, es decir, encontrar una fórmula que permita satisfacer las expectativas de ambas partes pero también de otros actores clave en el conflicto, por ejemplo, Israel y Arabia Saudí.

Es que mientras la República Islámica asegura que sus intenciones nucleares son pacíficas y sirven solo para la generación de energía eléctrica y para la investigación civil, la comunidad internacional tiene sus dudas y exige más garantías.

En el centro del debate están el programa de enriquecimiento de uranio y la construcción de un reacción de agua pesada, que como producto secundario puede producir plutonio.

Esas dos materias tienen, aparte de su uso civil, también aplicaciones militares como la fabricación de armas nucleares.

Por eso, las seis potencias (los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido, más Alemania) piden un desmantelamiento o al menos una limitación considerable de esas capacidades.

Irán, por su parte, parece dispuesta a acceder a cambiar la estructura de la planta de agua pesada para producir mucho menos plutonio, pero insiste en sus capacidades de uranio enriquecido.

Un material necesario para la producción industrial de combustible nuclear, con el que Irán quiere operar en el futuro una decena de plantas atómicas, que sin embargo aún no tiene.

Israel, que no participa en la negociación pero que se siente amenazada por un posible programa nuclear militar de Irán, exige un desmantelamiento completo del programa de enriquecimiento.

Teherán, que busca el levantamiento total de las sanciones internacionales en su contra, rechaza de pleno esa idea.

Por eso, la comunidad internacional trata de limitar esas capacidades a unos niveles que impidan a la República Islámica desarrollar una bomba en un corto plazo.

Mañana, las delegaciones, compuestas en su mayoría por directores políticos y viceministros, tienen previsto continuar con sus deliberaciones que durarán probablemente hasta el viernes.

Mostrar comentarios