Islandia da lecciones de pesca a la UE

  • El modelo islandés es considerado uno de los más rentables y de los más sostenibles del mundo: asigna cuotas individuales transferibles a los armadores para la pesca del bacalao. Esto puede convertirse en un escollo para entrar en la Unión Europea.
Sara Acosta

El inicio de las negociaciones de Islandia con la Unión Europea para ingresar en el club de los Veintisiete ha encontrado un escollo difícil de salvar por el momento. No se trata de sus cuentas públicas, que en 2008 quebraron con sonoro estruendo, sino de su bacalao. Islandia se ha alzado en los últimos años en una potencia pesquera.

Su modelo, que algunos tachan de privatizador por asignar cuotas individuales transferibles a los armadores, está hoy considerado uno de los más sostenibles del mundo. Y figura entre los más rentables.

A diferencia de la Unión Europea, que cada año debe debatirse entre apretadas cuotas de pesca para evitar el colapso de sus especies, algunas en muy mal estado de salud, como la anchoa, Islandia aplica desde los años ochenta un sistema que otorga derechos de propiedad a los pescadores, en función de la pesca histórica de cada embarcación.

Esos derechos pueden venderse o transferirse entre los armadores, en un intento de responsabilizar a cada operador. Por ello, y a diferencia del club comunitario, donde cada año miles de toneladas de peces acaban en el fondo marino por los descartes, Islandia obliga por ley a llevar todas las capturas a puerto. Decide el mercado, no los subsidios. Así, cada embarcación es un usuario único y exclusivo sobre los recursos que gestiona.

El modelo ha valido a Islandia erigirse en modelo de la pesca más sostenible hasta el momento. Este Estado isla decidió dar un giro radical a su política pesquera tras el colapso al que llegaron sus recursos en los años sesenta. El economista Ragnar Arnasson, considerado hoy un ultraliberal, fue el principal ideólogo de este modelo que permite a Islandia vivir de sus recursos pesqueros con notable.

Para Islandia, la pesca no es un recurso más. Es el pilar de su economía. Las capturas en esta isla de apenas 320.000 habitantes representan el 2% de la pesca mundial. Por ello, “la actual política pesquera del Gobierno apuesta de manera firme por una pesca responsable y sostenible ecológica y económicamente, con una gestión sostenible para los recursos marinos existentes”, según explica el Ministerio de Pesca de Islandia en su página web.

A esta gestión ha llegado Islandia tras muchos años de pelea por defender su soberanía marina. En la actualidad, la zona económica exclusiva alcanza 200 millas náuticas, sellada en acuerdos internacionales que han salvado la pelea ancestral de este país desde el siglo XV para proteger su economía.

Al margen de las cuotas individuales transferibles, Islandia ha creado zonas restringidas a la pesca para la recuperación de las especies y los comités científicos investigan los recursos marinos  de forma permanente. Y sobre todo, “su política se guía por los consejos científicos”, explican desde WWF España.

Por ello, esta organización, una de las más conocedoras de las políticas pesqueras internacionales, augura que Islandia “no estará dispuesta a que se le obligue a entrar en la Política Pesquera Común”. No en vano el ministro de Exteriores de este país, Össur Skarphédinsson, ha insistido en que “es la primera vez que la UE negocia la integración de una nación cuya prosperidad depende altamente de la pesca”.

 Por ello, pedirá que su zona económica exclusiva sea considerada como “especial” y permita a Islandia gestionar la pesca nacional. Precisamente, las organizaciones ecologistas piden desde hace tiempo la descentralización de la gestión de los recursos pesqueros de la UE.

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