Iu constata en un estudio interno sus dificultades en la competición electoral con podemos


Izquierda Unida ha constatado en un estudio interno las dificultades de competir electoralmente a corto plazo con Podemos, aunque concluye que esa fuerza es "coyuntural" y es más una "herramienta para el cambio" que para la representación sostenida en el tiempo.
Son algunas de las conclusiones que la coalición extrae de un estudio sobre 'Espacios y Potencialidades de Izquierda Unida' hecho por Andaira, Sociedad Cooperativa de Consultoría e Investigación Social y al que tuvo acceso Servimedia.
El estudio, de carácter cualitativo, se basó en las discusiones mantenidas por cinco grupos de personas en Barcelona, Valencia, Madrid, Sevilla y Coruña, con trabajo de campo entre el 16 y el 22 de febrero.
Los participantes fueron seleccionados entre la población general mayor de edad que hubiera votado a un partido de izquierdas o se hubiera abstenido en las últimas elecciones, con recuerdo de voto repartido entre PSOE, IU, Podemos y abstención. La mitad eran mayores de 35 años y la otra mitad menores de esa edad, al 50% entre hombres y mujeres, y entre estudios superiores y no superiores, y repartidos por criterio laboral entre autónomos, empleados por cuenta ajena, funcionarios, desempleados y jubilados.
El estudio arroja un "amplio consenso" en el rechazo al funcionamiento del sistema económico y político, y en la percepción de que el actual es un momento "de cambio" en el que ha perdido relevancia el eje izquierda-derecha y el espacio político se define entre una mezcla de algunos elementos ya arraigados, como el bipartidismo y la izquierda, y la aparición de otros nuevos como la transversalidad o la emergencia de nuevos partidos.
El bipartidismo es "un juego político trucado" para las generaciones por debajo de cincuenta años, pero esa visión encuentra comprensión y solidaridad entre mayores de esa edad. Existe debate sobre la consideración o no del PSOE como un partido de izquierdas, pero aparece castigado por su asociación con el bipartidismo.
El espacio de la izquierda, según se desprende de ese estudio, está ocupado por Izquierda Unida y Podemos, con diferencias que tienen que ver con la historia, la simbología, la comunicación, la estructura y las caras visibles. El partido sobre el que se centra el concepto "nuevo" es Podemos.
El estudio refleja una ambivalente valoración de la capacidad de gobierno de IU, ya que se percibe positivamente su capacitación para gestionar pero surgen "muchas dudas" sobre sus posibilidades de alcanzar posiciones de gobierno. La coalición es percibida sobre todo como una fuerza de gobierno local con capacidad para elaborar políticas sociales, pero con cierta "debilidad e inviabilidad" de sus propuestas económicas.
Del líder de Podemos, Pablo Iglesias, el estudio refleja la encarnación de un liderazgo fuerte, en el que destaca su capacidad de comunicación y una personalidad caracterizada por la soberbia. En cambio, Alberto Garzón proyecta "solidez y fortaleza ideológica", discurso claro, buena lectura de la relidad y conexión con la gente, pero se le considera un político profesional por no haber trabajado antes.
Iglesias, concluye, es percibido como una "figura de marketing, diseñada políticamente, muy medida e intelectualizada", mientras que Garzón refleja más autenticidad y genera más confianza.
El estudio reconoce que las proyecciones de IU a medio y largo plazo están determinadas por la irrupción de Podemos, y se contemplan escenarios múltiples, desde la desaparición hasta la conciliación de ambas. A día de hoy, dice, Podemos se percibe como una fuerza "coyuntural" ya que las características propias del momento en el que emerge son caducas y pueden llevar a una transformación de su esencia. Por ello, se proyecta "más como una herramienta para el cambio que para la representación a medio plazo".
En función de todo ello, el estudio concluye que las "oportunidades" de IU radican en su posición en el espacio político, la decadencia del PSOE y la coyunturalidad de Podemos; sus "amenazas", en la dificultad de competir electoralmente con Podemos a corto plazo; sus "fortalezas", en el capital político y en un liderazgo renovado y bien valorado, en la política social innovadora y de calidad y en la buena valoración de la gestión local; y sus "debilidades", en la imagen de partido "conflictual y descohesionado", en su poca credibilidad en materia económica, y en una falta de consenso interno que hace que la figura de Garzón pueda parecer solo estética si no se acompaña de otros cambios.

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