Jeremic advierte que actual rumbo de crisis siria "no llevará a paz estable"

Naciones Unidas, 3 oct.- El nuevo presidente de la Asamblea General de la ONU, Vuk Jeremic, lamentó hoy que la comunidad internacional haya hecho "tan poco" para frenar el "baño de sangre" en Siria y dijo que el actual rumbo que ha tomado el conflicto "no llevará a una paz estable".

"No soy el presidente del mundo, soy solo el presidente de la Asamblea General en los próximos doce meses, pero intentaré ser el catalizador de un debate que permita acabar con las muertes en ese país y después discutir el futuro de Siria", dijo en rueda de prensa en la sede de Naciones Unidas.

El nuevo presidente de la Asamblea General se mostró pesimista y dijo que la actual trayectoria que ha tomado el conflicto en el país árabe "no llevará a un paz estable" y lamentó en varias ocasiones que sea "tan poco" lo que la comunidad internacional ha hecho en estos meses para frenar los enfrentamientos.

"Me preocupa que como comunidad internacional no podemos hablar de avances pero tenemos que encontrar una manera de trabajar juntos para acabar con este horrible baño sangre", añadió el exjefe de la diplomacia serbia, quien dijo que no se puede ser indiferente ante la trágica situación que atraviesa ese país.

Jeremic, que dijo ante la prensa que la crisis siria ocupó "el 70 %" de las conversaciones bilaterales que mantuvo durante los debates de la Asamblea General la semana pasada, hizo una llamada de alerta sobre la tragedia humanitaria en el país, "donde cada día que pasa pueden morir cien o doscientas personas".

Así, tras recordar la obligación de la comunidad internacional de hacer algo al respecto, aseguró que aprovechará su condición de presidente de la Asamblea General de la ONU para que el principal órgano de deliberación de la institución ayude a soliviantar la crisis en Siria.

"La dimensión humanitaria no puede olvidarse, estamos desestimando su gravedad (...) y para poder hablar del futuro de Siria, lo primero es acabar con las muertes, porque cada uno de los muertos cuenta", añadió Jeremic, quien advirtió que si no se actúa será "un fracaso para todos".

Precisamente hoy, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, advirtió que la creciente militarización del conflicto sirio supone una seria amenaza, "no solo para la seguridad del pueblo sirio, sino que está causando un daño a sus vecinos", después del último incidente en la frontera con Turquía.

"El secretario general hace un llamamiento al Gobierno sirio para que respete la integridad territorial de sus vecinos y que ponga fin a la violencia contra el pueblo sirio", dijo el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, en un comunicado en el que llamó a las partes a reducir las tensiones y buscar una salida pacífica al conflicto.

Ban mantuvo hoy una conversación telefónica con el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, quien le trasladó su "honda preocupación" por el incidente tras la caída en su territorio de un obús lanzado aparentemente desde Siria que causó cinco muertos y trece heridos.

Mientras, en la ciudad de Alepo murieron al menos 33 personas y decenas resultaron heridas después de la explosión de dos coches bomba detonados por supuestos "terroristas suicidas" en una céntrica plaza de la capital económica del país, controlada por efectivos gubernamentales.

Desde finales de julio, Alepo, la localidad más importante del norte de Siria, es testigo de enfrentamientos entre los leales al presidente Al Asad y los rebeldes, que se han intensificado en los últimos días, donde este fin de semana ardió el histórico zoco de la ciudad y resultaron destruidas por las llamas unas 1.500 tiendas.

El grave conflicto que vive Siria desde marzo de 2011 ha causado ya al menos 25.000 muertes, mientras que otras 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 250.000 se han refugiado en los países vecinos, de acuerdo a las cifras de Naciones Unidas.