Karzai logra apoyo del Parlamento a su renovación de la cúpula de seguridad

  • El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, logró hoy el apoyo de la Cámara baja a los candidatos que había propuesto para renovar su cúpula de seguridad, en pleno proceso de retirada del país de las tropas internacionales.

Fawad Peikar

Kabul, 15 sep.- El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, logró hoy el apoyo de la Cámara baja a los candidatos que había propuesto para renovar su cúpula de seguridad, en pleno proceso de retirada del país de las tropas internacionales.

Reunido en Kabul, el Parlamento afgano dio su aprobación a los candidatos a encabezar los servicios secretos afganos (NDS) y los ministerios de Interior y Defensa, pero no al nombre propuesto por Karzai para liderar el ministerio de Asuntos Fronterizos.

Los cuatro candidatos debían cosechar el voto aprobatorio de al menos 121 de los 242 diputados presentes, es decir, mayoría simple, y antes de la votación todos ellos intervinieron ante la Cámara para desgranar elementos de su programa.

"Prometo no detener a gente inocente", dijo a la Cámara quien será el nuevo jefe del Directorio General de Seguridad (NDS), Asadulá Khalid, quien hasta ahora era ministro de Asuntos Fronterizos y cosechó hoy los apoyos más amplios (143).

Khalid, que también ha sido gobernador en la sureña y conflictiva provincia de Kandahar, era el nombramiento más polémico de los propuestos, porque ha recibido críticas de organizaciones defensoras de los derechos humanos que le acusan de haber practicado torturas.

"¿Por qué nombra Afganistán un director de inteligencia sin investigar abusos pasados? Asadulá Khalid ha sido ligado a la tortura", tuiteó hoy mismo un representante de la organización Amnistía Internacional.

A cargo del ministerio de Interior estará Ghulam Mujtaba Patang (con 129 votos), hasta ahora viceministro del ramo, y en Defensa el elegido es Bismilá Mohammadi, que obtuvo 124 apoyos de los parlamentarios.

Quien no logró su elección para hacerse cargo de la frontera de Asuntos Fronterizos es el hasta ahora ha sido gobernador de Kabul, Asadulá Din Mohammed, que se quedó en 117 votos a favor, así que Karzai deberá proponer al Parlamento un nuevo candidato.

Karzai presentó sus nominados el día 3 y con ello pretendía cerrar la crisis gubernamental abierta en agosto por el Parlamento, que retiró su confianza a los titulares de Interior y Defensa por no frenar ataques con proyectiles procedentes de suelo paquistaní.

El presidente afgano se vio forzado a cesar a ambos ministros, y a finales de agosto también decidió destituir al jefe del servicio secreto, Rahmatulá Nabil, con la excusa de que no quería que nadie ocupase ese cargo "más de dos años".

De la votación de hoy en la Cámara baja afgana destaca la sorpresa del nombramiento de Mohammadi como nuevo ministro de Defensa, pues él era el ministro de Interior saliente que había sido reprobado en agosto por el Parlamento.

La maniobra de Karzai ha sido interpretada por los analistas como un intento de asegurar que su esfera de influencia queda intacta antes de decidir quién será su sucesor con vistas a las elecciones de 2014, justo cuando debe concluir el repliegue de la OTAN.

Karzai ha anunciado que no se presentará a las próximas presidenciales, pero algunos analistas consideran que el presidente se dispone a brindar su apoyo a su propio hermano, Mahmud Karzai, para que sea él quien le releve.

"No hay duda de que cualquier presidente del mundo, antes de irse del cargo, forma un equipo que pueda darle su apoyo en el futuro", aseguró a Efe el analista político Ahmad Sayeedi.

Pese a las acusaciones de tortura contra Khalid, el nuevo jefe del servicio secreto es considerado un hombre muy cercano al presidente y además tiene una fuerte base de apoyos en Kandahar, uno de los principales bastiones de los talibanes.

Y en el caso del nuevo ministro de Defensa, Bismilá Mohammadi, pesa su condición de tayico, la segunda etnia del país tras la pastún.

Afganistán es un país de equilibrios muy delicados, y durante su mandato Karzai -pastún, al igual que los talibanes- ha intentado mantener la presencia tayica, tradicionales enemigos de los insurgentes talibanes, en puestos claves para asegurarse su apoyo.

La nueva cúpula de seguridad afronta en cualquier caso un panorama muy delicado, porque debe gestionar el proceso de salida de las tropas internacionales mientras se afana por luchar contra los insurgentes, fortalecidos en los últimos años.

Los talibanes luchan por derribar al gobierno afgano y lograr la salida inmediata de las tropas internacionales con vistas a implantar un régimen fundamentalista islámico, como ya hicieron entre los años previos (1996-2001) a la invasión de país.

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