Kenia niega la autoría de Al Shabab en los ataques y apunta al móvil político

  • Las autoridades de Kenia negaron hoy que el grupo radical islamista somalí Al Shabab esté detrás de los dos ataques que en los últimos días han causado casi 60 muertos en el noreste del país, y apuntó a un móvil político pese a que esa milicia se ha atribuido la autoría.

Pedro Alonso

Nairobi, 17 jun.- Las autoridades de Kenia negaron hoy que el grupo radical islamista somalí Al Shabab esté detrás de los dos ataques que en los últimos días han causado casi 60 muertos en el noreste del país, y apuntó a un móvil político pese a que esa milicia se ha atribuido la autoría.

En un mensaje televisado a la nación, el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, aseguró que "este ataque fue motivado políticamente y no forma parte de la guerra de Al Shabaab".

"Las pruebas demuestran que las redes locales políticas estuvieron implicadas en la organización y ejecución de este crimen odioso", subrayó Kenyatta en su primera aparición pública tras los atentados, sin acusar a ningún político o partido en concreto.

Según el presidente keniano, que transmitió sus condolencias a los familiares de las víctimas, el doble ataque estuvo "bien planeado, orquestado y políticamente causó violencia étnica".

Kenyatta indicó también que suspenderá a varios miembros de las fuerzas de seguridad que actuaron de forma negligente al ignorar información de inteligencia que advirtió de los ataques.

Asimismo, mencionó el móvil político de los atentados, que sacudieron dos poblaciones próximas a la turística costa de Kenia, después de que el exprimer ministro y principal líder opositor, Raila Odinga, anunciara hace días que su formación, la Coalición para la Reforma y la Democracia (CORD), organizará manifestaciones.

Las protestas pretenden, entre otros objetivos, instar al Gobierno a mejorar la seguridad nacional y retirar sus tropas de Somalia, cuya presencia en ese país es la razón que esgrime Al Shabab para justificar sus ataques en Kenia.

Sin embargo, Odinga intentó despejar dudas y negó rotundamente cualquier relación con los actos terroristas: "No tengo nada que ver con Al Shabab, que ha dicho que está detrás del ataque terrorista".

Kenyatta hizo su declaración pocas horas después de que Al Shabab se responsabilizara del ataque perpetrado anoche en el pueblo de Poromoko, que causó al menos diez muertos, según precisó el comisionado del condado de Lamu, Stephen Ikua.

Un grupo armado irrumpió en la localidad, tiroteó a los lugareños y prendió fuego a varias casas, indicó el responsable administrativo de Lamu, zona a la que pertenece el pueblo atacado.

El terrorismo golpeó Poromoko después de que la vecina localidad de Mpeketoni fuera objeto el pasado domingo de otro atentado asumido también por Al Shabab, que dejó al menos 49 muertos (según el último parte actualizado de la Cruz Roja), pese a la promesa del Gobierno keniano de reforzar la seguridad para proteger a la ciudadanía.

En un mensaje emitido en Radio Al Andalus, emisora propagandística de los radicales, Al Shabab confirmó que "muyahidines (combatientes islámicos) cometieron el segundo ataque la pasada noche", y aseguró haber matado a "veinte personas, incluidos policías kenianos".

Esa cifra contrasta con la aportada por las autoridades de Kenia, que, de momento, hablan de al menos diez víctimas mortales.

"Los kenianos no podrán dormir en paz mientras sus tropas sigan en Somalia", advirtió Al Shabab, grupo vinculado a la red terrorista Al Qaeda.

El ministro keniano del Interior, Joseph Ole Lenku, aseguró hoy que los atacantes destruyeron equipos del operador de telefonía móvil local Safaricom, a fin de dañar la red para impedir que la población pudiera alertar del ataque en Poromoko.

"Esta es una guerra compleja", afirmó Ole Lenku en una declaración en Mpeketoni, donde fue abucheado por algunos ciudadanos enojados por la falta de seguridad en la zona.

La Cruz Roja informó hoy de que unas cincuenta personas siguen desaparecidas con motivo de la masacre de Mpeketoni, cometida por unos cincuenta hombres con armas y explosivos que invadieron la localidad, dispararon contra sus habitantes e incendiaron edificios.

Esa matanza constituye el peor atentado que sufre Kenia desde septiembre pasado, cuando al menos 67 personas murieron en el asalto perpetrado por Al Shabab al centro comercial Westgate de Nairobi.

El ataque de Mpeketoni ha recibido la condena de Estados Unidos, la Unión Africana, la Unión Europea y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, entre otros.

Kenia -especialmente Nairobi y la ciudad costera de Mombasa-, ha sido blanco de numerosos atentados desde que, en octubre de 2011, las tropas kenianas entraron en Somalia debido a una oleada de secuestros en territorio keniano atribuidos a la milicia islamista somalí.

Al Shabab, que en 2012 anunció su adhesión formal a Al Qaeda, controla amplias zonas del centro y el sur del Somalia, donde el frágil Gobierno somalí todavía no consigue imponer su autoridad.

Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré y el país quedó sin un gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados.

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