Kenia ordena a los refugiados somalíes que abandonen las zonas urbanas

  • El Gobierno de Kenia ha ordenado a todos los refugiados somalíes que abandonen las zonas urbanas y regresen a los dos campamentos habilitados para ellos en el norte y en el este del país, a raíz del ataque armado a una iglesia en la población costera de Mombasa en la que murieron seis personas.

Nairobi, 26 mar.- El Gobierno de Kenia ha ordenado a todos los refugiados somalíes que abandonen las zonas urbanas y regresen a los dos campamentos habilitados para ellos en el norte y en el este del país, a raíz del ataque armado a una iglesia en la población costera de Mombasa en la que murieron seis personas.

Según publican hoy los medios locales, la orden fue emitida ayer por el ministro del Interior, Joseph Ole Lenku, quien pidió a los ciudadanos que informen sobre cualquier ciudadano somalí que resida fuera de los campos de Dadaab y Kakuma.

El ataque ocurrió el pasado domingo, y aunque no ha sido reivindicado por nadie, el Gobierno sospecha que fue perpetrado por la secta radical islámica somalí Al Shabab, responsable de numerosos atentados en Kenia.

Ole Lenku, que ha ordenado además el despliegue adicional de 500 agentes de Policía en Nairobi y Mombasa, insistió en que "no hay otros campos" fuera de las citadas áreas, por lo que cualquier refugiado que no se encuentren en ellos "está burlando la ley".

"La seguridad es una responsabilidad compartida y los ciudadanos deben cooperar con las autoridades policiales en todo momento", indicó el ministro en declaraciones recogidas por la emisora local Capital FM.

Dadaab, considerado el campo de refugiados más grande del mundo, acoge a cerca de 500.000 personas, la mayoría de ellas somalíes, mientras que Kakuma, situado en pleno desierto, aloja a unas 125.000.

Kenia tiene en marcha un operativo para repatriar a casi medio millón de somalíes, como parte de un plan para eliminar la amenaza terrorista que sufre desde 2011, cuando desplegó tropas en Somalia para combatir a Al Shabab.

El plan fue puesto en marcha tras el atentado del centro comercial Westgate de Nairobi ocurrido en septiembre del pasado año, en el que la secta fundamentalista mató al menos a 67 personas.

El temor a un nuevo atentado se ha incrementado tras la detención este mes de dos somalíes que viajaban a Mombasa en un coche cargado de potentes explosivos.

Anoche, según publica el diario Standar, la Policía detuvo en a cerca de 500 personas en Nairobi para interrogarlas.

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