Kerviel, que hizo perder 4.900 millones euros a SG, denuncia manipulaciones

  • Jêrome Kerviel, ex operador bursátil sentenciado a cinco años de cárcel por generar un agujero de 4.900 millones de euros a Société Générale en 2008, denuncia manipulaciones en su caso y dice que seguirá luchando para aclararlo.

París, 11 dic.- Jêrome Kerviel, ex operador bursátil sentenciado a cinco años de cárcel por generar un agujero de 4.900 millones de euros a Société Générale en 2008, denuncia manipulaciones en su caso y dice que seguirá luchando para aclararlo.

"Tengo la impresión, y puede que esto se utilice contra mí, de que la instrucción (judicial) fue encargada", declara Kerviel en una entrevista publicada hoy por el semanario francés "Les Inrockuptibles" en la que asegura que intentará demostrar que sus superiores estaban al corriente de todas sus operaciones.

Un año después de que el Tribunal de Apelación de París confirmara su sentencia de cinco años de cárcel -tres de ellos en firme- y a expensas de que se resuelva en 2014 su recurso de casación, el antiguo operador, de 36 años, mantiene que la instrucción judicial no quiso investigar a fondo la responsabilidad de sus superiores.

"Lo mínimo para saber el grado de conocimiento de mis superiores habría sido buscar en sus buzones de correo electrónico (...). No se hizo nunca, a pesar de mis peticiones. ¿Cómo voy a defenderme si la justicia no va a buscar esos elementos para, al menos, cerrar esa puerta?", declara.

Y aunque no niega los hechos que se le reprocharon, los matiza e insiste en que era la forma habitual de trabajo entre sus iguales y sus superiores. No se lanza a acusar a Societé Générale de servirse de su caso para limpiar las pérdidas ocasionadas por la crisis de las hipotecas basura, como se especuló, pero señala que "en cualquier caso los 4.900 millones no son una pérdida de Kerviel".

"Desde el inicio de la investigación lo reconocí. Dije que sí, que fue un gran delirio (...). Entré en una espiral completamente loca. Acepté algunos de los actos que se me reprochaban, pero bajo el control y el acuerdo de mi jerarquía. Desde hace seis años, todo el debate judicial consiste en saber si me jerarquía lo sabía o no. Efectivamente lo hice, pero con su beneplácito", agrega.

Toda su cadena jerárquica fue despedida tras el caso y se les ofrecieron siete años de salario fijo "con una pequeña cláusula al final que precisaba que no tenían derecho a hablar de Societé Générale", recuerda.

Achaca esa "espiral de locura" en la que cayó a la presión de los resultados que se le exigían, que aumentaron un 1.700 % en tres años.

"Cuanto más ganaba, más me pedían que hiciera. Entré en una espiral. Lo reconozco, pero no me inventé nada. Funcionaba con los códigos que me habían sido inculcados por mis superiores y mis colegas", insiste.

Desde que estalló el escándalo, su vida se ha convertido en un infierno. Pasó 37 días en prisión preventiva, su desarrolló una forma de Parkinson que se degrada con los años, perdió a la mayoría de sus amigos y llegó a vivir en un garaje en la periferia parisina.

Antes de que su nombre saltara a la fama, coincidiendo con el inicio de la crisis financiera global, llegaba a ganar unos 60.000 euros al año. Ahora pasa dificultades económicas, aunque la publicación de un libro en 2010 le ha aliviado un poco financieramente.

"No me enriquecí ni en un céntimo con el caso, así que no estafé a nadie", subraya Kerviel, que dice sentirse "más combativo" porque "el tiempo pasa" y "las lenguas se desatan".

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