Kofi Annan iniciará mañana una visita a Siria para evaluar su plan de paz

  • El enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, tiene previsto iniciar mañana su segunda visita a Damasco para evaluar la aplicación del alto el fuego entre las partes, en medio de las condenas internacionales por la masacre de este viernes en Al Haula (centro), que causó más de noventa muertos.

George Bagdadi

Damasco, 27 may.- El enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, tiene previsto iniciar mañana su segunda visita a Damasco para evaluar la aplicación del alto el fuego entre las partes, en medio de las condenas internacionales por la masacre de este viernes en Al Haula (centro), que causó más de noventa muertos.

Fuentes de la ONU, que pidieron el anonimato, dijeron a Efe que Annan llegará mañana a la capital y tiene programado entrevistarse el martes con el presidente sirio, Bachar al Asad.

Asimismo, se espera que se reúna con dirigentes de la oposición en lo que puede ser la última oportunidad para una salida negociada a la crisis en el país, subrayaron las fuentes.

Annan viaja a Siria para evaluar la aplicación de su plan de paz de seis puntos, respaldado por la comunidad internacional y aceptado por el Gobierno sirio, que contempla un alto el fuego, la retirada de las tropas de la ciudades, la entrada de ayuda humanitaria y un diálogo entre las autoridades y la oposición, entre otros.

El miércoles, Annan debe presentar un informe ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre sus hallazgos.

Se trata de la segunda visita a Siria del enviado especial, que viajó a este país por primera vez el pasado 10 de marzo para reunirse con Al Asad y los opositores.

En el territorio sirio, hay en la actualidad desplegados casi trescientos observadores de la ONU para verificar el cumplimiento de la iniciativa de paz. El mandato de la Misión de Supervisión en Siria (UNSMIS) es de noventa días y expira en julio.

Sin embargo, la continuación de la violencia en distintas partes del país frustra las posibilidades de éxito del plan, pese a que el alto el fuego, que no ha sido respetado, lleva en vigor desde el pasado 12 de abril.

Aunque las cifras son difíciles de verificar, los grupos de derechos humanos calculan que más de 1.500 personas han fallecido desde que la iniciativa de Annan fuera aceptada por las autoridades sirias a finales de marzo pasado.

El viaje del mediador llega en medio de las condenas internacionales por la muerte de al menos 92 personas, una treintena de ellas menores de edad, en la localidad de Al Haula, en la provincia central de Homs, uno de los bastiones de la oposición.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha condenado esa matanza y ha pedido al Gobierno de Al Asad el fin inmediato del uso de armamento pesado contra los centros de población.

"Este vergonzoso y brutal crimen que implica el uso indiscriminado y desproporcionado de la fuerza es una violación flagrante de la ley internacional y de los compromisos del Gobierno sirio de cesar el uso de armamento pesado contra los centros de población y la violencia en todas sus formas", indicó Ban mediante una declaración distribuida en las Naciones Unidas.

Los observadores desplegados en Siria comprobaron ayer sobre el terreno los resultados de la masacre, que el jefe de la UNSMIS, el general noruego Robert Mood, calificó de "tragedia brutal".

El Gobierno de Damasco rechazó hoy cualquier responsabilidad en esa matanza, mientras que la oposición acusa a las fuerzas gubernamentales de haberla cometido.

El opositor Ejercito Libre Sirio (ELS), brazo armado de la oposición, instó al Consejo de Seguridad a que anuncie el fracaso del plan de Annan tras la masacre.

"Pedimos al Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional que afronten la responsabilidad y anuncien el fracaso de la iniciativa de Annan", subrayó el ELS en un comunicado.

Desde el inicio de las protestas en marzo de 2011, el régimen de Al Asad ha defendido que se enfrentaba a una conspiración "terrorista" financiada y dirigida desde el extranjero.

Según datos de la ONU, desde esa fecha más de 10.000 personas han muerto en Siria por la violencia, unas 230.000 se han desplazado de forma interna y más de 60.000 han buscado refugio en países limítrofes, como Turquía y el Líbano.

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