La alcaldesa de Montcada (PSC) niega presiones de su superior en el partido

Barcelona, 17 may.- La alcaldesa de Montcada i Reixac (Barcelona), Maria Elena Pérez (PSC), ha negado hoy que el diputado y exsecretario de Organización de su partido Daniel Fernández la presionara para colocar a la exalto cargo del tripartito Carmina Llumà que, ha dicho, era su candidata por su brillante currículum.

Pérez ha declarado esta tarde como imputada durante cerca de hora y media ante el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que investiga si la alcaldesa cedió a las presiones de Fernández y del exalcalde de Sabadell (Barcelona) Manuel Bustos para colocar, en mayo de 2012, a la exalto cargo del tripartito Carmina Llumà, como responsable del área territorial del Ayuntamiento de Montcada, han informado fuentes judiciales.

La alcaldesa ha negado que empleara a Llumà bajo la influencia de Fernández y Bustos y ha explicado que fue ella misma quien se dirigió al diputado autonómico socialista, entonces secretario de Organización del PSC, para plantearle que el consistorio necesitaba un técnico experto en urbanismo debido a los problemas que debía afrontar el municipio.

Según la versión de la alcaldesa, mientras pidió a Fernández que divulgara que se iba a cubrir esa plaza, ella misma dejó en manos de los técnicos la estructuración del proceso de selección necesario para cubrir la vacante de director del área territorial del ayuntamiento.

Maria Elena Pérez ha explicado que fueron esos técnicos los que convocaron el proceso de selección de personal, a través de una empresa externa, y que cuando ella tuvo en sus manos el currículum de las dos finalistas se dio cuenta de que Carmina Llumà era la candidata adecuada para el cargo.

El juez ha ordenado reproducir ante la alcaldesa las conversaciones telefónicas grabadas a partir de las cuales se imputó a Bustos y a Fernández por usar, supuestamente, su peso político para presionar a la alcaldesa y colocar a Carmina Llumà.

La alcaldesa ha afirmado que no sabe nada de esas conversaciones, en la que los imputados aluden a ella con expresiones entre irónicas y despectivas, como "la chica", "la niña es la tonta del culo" o "nuestra alcaldesa preferida", y se ha limitado a apuntar que cree que esa forma de hablar no es la adecuada.