La alianza de Merkel cumple 100 días con algún logro laboral

  • La gran coalición de Angela Merkel cumplió hoy sus primeros cien días de gestión marcados, entre otros asuntos, por algún avance laboral de signo socialdemócrata, el socio empeñado en imprimir su sello a la tercera legislatura de la canciller.

Gemma Casadevall

Berlín, 26 mar.- La gran coalición de Angela Merkel cumplió hoy sus primeros cien días de gestión marcados, entre otros asuntos, por algún avance laboral de signo socialdemócrata, el socio empeñado en imprimir su sello a la tercera legislatura de la canciller.

El camino desde la victoria electoral de Merkel -el 22 de septiembre- a su investidura como canciller -el 17 de diciembre- fue dificultoso, con la implantación del salario mínimo interprofesional en Alemania como condición irrenunciable de los socialdemócratas para suscribir una alianza de gobierno.

Ese primer objetivo de los socios de Merkel va camino de entrar en el trámite parlamentario.

Apenas suavizada la gran crisis que marcó su anterior legislatura, la de la zona euro, a la canciller le ha correspondido ahora hacer equilibrios entre la adopción de sanciones contra Rusia y mantener alguna vía de diálogo con Moscú pese a la anexión de Crimea.

Merkel se reincorporó hoy a sus tareas en Berlín, de regreso de La Haya, bajo los efectos de una suspensión de facto del G-8 y con el presidente estadounidense Barack Obama asumiendo el liderazgo de una línea más dura y contundente frente a Vladímir Putin.

Camino de materializarse está la implantación del salario mínimo interprofesional, objetivo declarado del SPD para medir el éxito o el fracaso de este gobierno.

La ministra de Trabajo, Andrea Nahles, exsecretaria general del SPD, ha logrado en estos primeros cien días consensuar su gran proyecto con el bloque conservador de Merkel -la CDU de la canciller y la más derechista Unión Socialcristiana de Baviera (CSU)-.

A partir de 2015, ningún trabajador mayor de 18 años percibirá menos de 8,5 euros por hora trabajada, de acuerdo al instrumento diseñado por Nahles para luchar contra la precarización del mercado laboral.

Alemania se inscribirá así en la órbita de países con un salario mínimo interprofesional -como la gran mayoría de sus socios en la UE-, por encima de las advertencias de la gran industria de que con ello se destruirá empleo.

Nahles ha argumentado que la buena salud del mercado laboral alemán -con una cuota de desempleo del 6,8 %, por debajo de la media en la UE- no está en peligro y que ello evitará futuras jubilaciones de miseria a quienes hoy trabajan a 5,5 euros la hora o menos.

Las estadísticas que sitúan en ocho millones el número de personas que perciben sueldos bajos o muy bajos en Alemania, junto al hecho de que sin esta medida no se habría firmado el pacto de coalición, han logrado ese primer éxito del SPD.

Otra medida del departamento de Nahles que entró en trámite parlamentario fue la reforma de las jubilaciones, que abre la opción a retirarse a los 63 años a quienes hayan cotizado 45 años y con la que el SPD imprimió asimismo su sello a esos primeros cien días.

El trago más amargo para la canciller fue la dimisión de su ministro de Agricultura y extitular de Interior, Hans-Peter Friedrich, por su injerencia en la investigación judicial por pederastia contra el diputado socialdemócrata, Sebastian Edathy.

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