La defensa de Adrià elogia su "generosidad" por legar "su sueño, elBulli"

  • La defensa del cocinero Ferran Adrià, que ha sido llevado a juicio por los hijos de su exsocio Miquel Horta, ha pedido hoy a la juez que reconozca la "honestidad" del chef y ha elogiado su "generosidad" por legar a todos su "sueño hecho realidad", a través de la creación de la Fundación elBulli.

Barcelona, 31 oct.- La defensa del cocinero Ferran Adrià, que ha sido llevado a juicio por los hijos de su exsocio Miquel Horta, ha pedido hoy a la juez que reconozca la "honestidad" del chef y ha elogiado su "generosidad" por legar a todos su "sueño hecho realidad", a través de la creación de la Fundación elBulli.

En el juzgado de primera instancia número 2 de Barcelona ha quedado hoy visto para sentencia el juicio contra los cocineros de "elBulli" Ferran Adrià y Juli Soler, a raíz de la demanda que presentaron contra ellos los hijos de su exsocio Miquel Horta al considerar que engañaron a su padre al comprarle su participación en el restaurante a un precio muy inferior al real.

Los hijos del empresario y mecenas piden la anulación de la compra-venta efectuada en 2005, alegando que Adrià y Soler se aprovecharon de la inestabilidad emocional de su padre por su trastorno bipolar, y reclaman ser propietarios del 84 % de las acciones de "elBulli", aunque Horta entró en el negocio en 1993 con sólo un 20%.

Según una prueba pericial presentada ayer que valora "elBulli" en casi 80 millones de euros, los demandantes calculan que deberían recibir hasta un máximo de 67 millones, una cantidad que, según ha afirmado hoy su letrado en los informes finales, supone "una propina" dada la capacidad real del restaurante de generar beneficios.

Frente a ese argumento, el abogado de Ferran Adrià ha resaltado en sus informes que los cocineros de "elBulli", hasta 2004, "trabajaron como negros sin cobrar lo que debe cobrar un chef de esa categoría", algo menos de 40.000 euros anuales, y durante diez años destinaron a pagar las deudas del restaurante todas las ganancias obtenidas en sus actividades paralelas.

El abogado ha subrayado que cuando en 1993 Horta entró en el negocio de "elBulli" aportando un préstamo de 47 millones de las antiguas pesetas, el restaurante ya tenía dos estrellas Michelin y renombre internacional, lo que no impidió que los cocineros trabajaran "en jornadas de 17 o 18 horas diarias" para pagar las deudas contraídas y sacarlo adelante.

Por ese motivo, ha resaltado que su objetivo no es sólo conseguir la desestimación de la demanda, sino además que se restablezca "la verdad y la honestidad de unas personas que merecen el reconocimiento de todos por su talento y su generosidad".

En ese sentido, ha elogiado que Adrià y Soler hayan querido "compartir sus hallazgos con todos" a través de una fundación que va a legar a la sociedad "el resultado de su sueño hecho realidad", al tiempo que ha apelado al "esfuerzo y el trabajo" que están detrás del reconocido restaurante.

En sus informes, la defensa de los demandados ha esgrimido también el auto de inadmisión a trámite de una querella por estafa contra Adrià que presentó la familia Horta, en el que el juez sostiene que en la compra-venta de "elBulli" no hubo "engaño alguno" porque no hay pruebas de que en 2005 el empresario estuviera incapacitado.

Dicho auto, del juzgado de instrucción número 32 de Barcelona, apunta que ni los hijos ni la esposa de Miquel Horta revocaron la decisión de venta de las acciones ni el nombramiento de su cargo de administrador único de la empresa que hizo la operación, pese a ser socios de la misma.

Por su parte, el letrado de la familia Horta ha resaltado en sus informes que los hijos del empresario han escuchado entre lágrimas que cuando éste firmó la compra-venta en 2005 con Adrià y Soler era "una persona incapaz e infeliz, lo que todo el mundo sabía" y ha negado que la demanda busque "sacar tajada de 'elBulli' ahora que el restaurante está creciendo".

El abogado de los demandantes ha mantenido que, en los años previos a la compra de sus acciones al empresario por 1,2 millones de euros, los cocineros de "elBulli" perpetraron un "vaciado de la empresa, dejando de lado a uno de los socios", buscando con ello un "enriquecimiento injusto" a costa de Miquel Horta.

En opinión del letrado, ese vaciado se materializó en 2004 a través de las retribuciones que se asignaron Adrià y Soler, con sueldos anuales de 180.000 euros cada uno, y los 600.000 euros que facturaron entre los dos a "elBulli" por la cesión de sus derechos de imagen y propiedad intelectual.

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