Bab al-Salama es un enorme sala de espera en la que la vida se detiene. En sus calles se agolpan decenas de miles tiendas de campaña en las que los refugiados que huyen de la última ofensiva en Alepo tratan de esperar, sobrevivir y aguantar.
Las cerca de 30.000 personas que se agolpan del lado sirio de la frontera turca saben cómo huir. Lo llevan haciendo cinco años, los mismo que dura ya la guerra. Cuando los morteros vuelven a sonar, vuelven a recoger todas su pertenencias o lo poco que les queda tras años bajo las bombas y huyen, hacia Europa o hasta donde se lo permiten las fronteras.
A pesar de los llamados de la comunidad internacional, Ankara mantiene cerrado el puesto fronterizo de Oncupinar, el único paso accesible entre el norte de la provincia de Alepo y Turquía.
Según Naciones Unidas, de las decenas de miles de refugiados un 80 por ciento son mujeres y niños, han huido de la región de Alepo desde que el régimen, con el apoyo de la aviación rusa, del Hezbolá libanés y de milicias, lanzara una ofensiva el 1 de febrero.
Desde entonces, las fuerzas progubernamentales han retomado varios sectores en el norte de la provincia de Alepo y han asediado a los rebeldes en los barrios orientales de la ciudad homónima.Erdogan amenaza con enviar a Europa los refugiados
Recep Tayyip Erdogan amenazó con enviar a Europa a los cientos de miles de refugiados que se encuentran en su país, debido a la petición para que reabran sus fronteras.
Según Turquía, los3.000 millones de eurosque laUnión Europeapropuso para ayudar aTurquía, le parece"módica"aErdogan, quien ha declarado que han gastado8 millonessolamente encampamentos de refugiados.
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