Hay "claros signos" de que Breivik no se encontraba en estado psicótico al cometer los atentados, pero el primer informe psiquiátrico que se le realizó, y que lo diagnosticaba como esquizofrénico paranoico, "presenta una duda real", sostuvo el fiscal Svein Holden.
Holden admitió no obstante la posibilidad de que el tribunal disienta con esa opinión, por lo que en ese caso, "de forma subsidiaria" pidió una pena de custodia de 21 años para el extremista, que sonrió al escuchar al fiscal en la vista, transmitida por la televisión pública NRK.
Breivik admitió haber matado a 77 personas el año pasado. La mayoría eran jóvenes que pasaban unos días en el campamento de verano del Partido Laborista.
En un principio se había llegado a dos conslusiones diferentes: Una declaraba a Brevik como una persona psicótica paranoica y esquizofrénica, mientras que la otra consideraba que sufría una conducta narcisista pero no psicótica, ya que era perfectamente consciente de lo que hacía.
Dos informes contradictorios
1. Informe psiquiátrico número 1: locura
Torgeir Husby y Synne Sørheim, los primeros en examinarlo, no han variado su conclusión pese a las observaciones realizadas en el juicio y las críticas provocadas en Noruega tras difundir su estudio en noviembre, lo que llevó al tribunal a encargar un nuevo informe.
Breivik padece esquizofrenia paranoide con transtornos psicóticos y sus ideas ultraderechistas carecen de relevancia: su motivación son las "fantasías violentas" y los "delirios de grandeza", afirman.
En el centro está su convicción de que ha sido llamado para decidir "quién debe vivir y morir", situando la responsabilidad de sus actos en una "organización inexistente", han sostenido.
El primer informe tiene a su favor que fue hecho justo después de los atentados, cuando Breivik estaba aislado en prisión, y que la Comisión de Medicina Forense le ha dado su apoyo expreso, sugiriendo que el extremista pudo engañar a los psiquiatras que le hicieron el segundo examen mental para no ser declarado un enfermo.
2. Informe psiquiátrico número 2: responsabilidad penal
Aspaas y Tørrissen, autores del segundo informe, no encuentran sin embargo síntomas de psicosis en Breivik, aunque sí de un transtorno disocial de tipo narcisista, que no impediría considerarlo penalmente responsable.
Las ideas del extremista noruego adquieren sentido en un contexto de la ultraderecha y no son delirios psicóticos, han defendido.
Las armas del segundo estudio son las críticas generalizadas del personal médico de la cárcel al primer informe y que se basa también en las observaciones realizadas durante tres semanas por un equipo de expertos del hospital psiquiátrico de Dikemark.
La sentencia será en agosto
Pero la praxis jurídica dice que en caso de duda lo usual es optar por la no responsabilidad penal, algo que Breivik también dio por hecho hace dos días ante el tribunal, acusando a los fiscales de querer hacerle parecer un enfermo.
Dos especialistas y tres jueces decidirán en agosto si finalmente Breivik es enviado a prisión o bien a un centro de internamiento psiquiátrico.
No obstante el 'asesino de Utoya' ha dicho que si es declarado como enfermo mental, recurrirá la sentencia. No quiere que le tomen por loco, pues considera que su acto es honroso y por el bien de Noruega.
Una encuesta realizada entre ciudadanos noruegos muestra que 3 de cada 4 piensan que Breivik está lo suficientemente cuerdo para ir a la cárcel.
Si finalmente se acepta la petición de la Fiscalía, Breivik sería internado en un centro para recibir tratamiento médico y tendría que someterse a una revisión cada tres años para comprobar su estado mental.
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