La fórmula de Podemos para 'dar el golpe': control, control y control

    • Un análisis con lupa de los 98 páginas de la propuesta de Gobierno de Podemos revela de nuevo las ideas de involución democrática de Podemos, que tiene poco de socialdemócrata.
    • Los jueces de todos signo han sido los primeros en dar la voz de alarma sorprendidos porque en el programa se hable de una elección de cargos sometida al compromiso con el Gobierno.
La fórmula de Podemos para 'dar el golpe': control, control y control
La fórmula de Podemos para 'dar el golpe': control, control y control

Control, control y control. Un análisis de las 98 páginas de la propuesta de Gobierno de Podemos da escalofríos y desmonta punto por punto en todas las materias la democracia parlamentaria tal y como la conocemos hoy. No es una opinión. La síntesis es que la revolución bolivariana ha pasado a llamarse 'comprometidos con el cambio'.

El PSOE ha calificado el sistema de elección de los jueces y sus órganos como "involución democrática", y ha destacado la obsesión de Iglesias por querer controlar a los jueces y el CNI. Todas las asociaciones de jueces, independientemente de su ideología han calificado de aberrante la adhesión política para optar a los cargos. Ante el aluvión de críticas, Podemos anunció una rectificación, pero que mantiene lo fundamental. El control a la justicia.¿Era esta la regeneración prometida, que los políticos se metan más aún en las instituciones para controlarlas a su antojo? Esa es la idea. En todos los sectores fundamentales.

Sí, como dicen ya muchos analistas, Podemos es lo que parecía. Lo que siempre pareció. Su disfraz de socialdemocracia ha durado poco. Lo que duró la campaña. Ni la Constitución española (los expertos consultados por lainformación.com califican sus consultas como una traición a la Carta Magna con aromas de chavismo indisimulado), ni la economía de mercado, ni la empresa privada (en Valencia ya no hay becas para las estudiantes de universidades privadas), ni la unidad del Estado (en educación habrá que cambios en las asignaturas de historia y sociedad para dar cabida a la plurinacionalidad) están en su mente.

Lo único que se escucha claramente en el programa cuando uno lee más allá de los párrafos buenistas, y casi siempre para apostillar el relato es que o estás a favor del cambio, del suyo, del compromiso con el programa de Gobierno o no tendrás futuro. Todo lo básico del Estado pasa a manos de una vicepresidencia que es una presidencia 'in pectore'.

La lectura de las 98 páginas emiten un aroma a lo que se conoce como comisarios políticos en cada esquina. Ya es paradójico que el análisis del programa económico, con un gasto cercano a los 96.000 millones (casi a mil por página), haya sido calificado por los expertos como un frenazo en seco del crecimiento económico y un ideario que la UE bloquearía en seco.

Pero releer que los jueces serán elegidos por su afinidad al Gobierno, que la televisión se convertirá en tuerkavisión con un control absoluto (hasta el jefe de informativos se elegiría en una consulta vinculante), que la reforma constitucional se saltaría a la oposición pues se basaría en un referéndum en el que las preguntas las formularían solo los partidarios del mismo, presenta un panorama desolador.

En las empresas se crearían comisiones estatales de seguimiento para los temas de igualdad en las empresas y el acoso laboral, la vicepresidencia tendría bajo su control el CNI, pero también una policía judicial, con lo que no ser uno de los protagonistas del cambio sería toda una odisea. No es extraño que dentro del PP crezcan los partidarios de que el PP se abstenga para evitar males mayores, ni que González aplauda apostar por Ciudadanos. Lo extraño es que Sánchez aún no tenga claro dónde se mete tras ver este programa de Gobierno.

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