La Generalitat espera que CiU se sume al consenso de la futura Ley del Cine

Barcelona.- La Generalitat espera que CiU se sume al consenso de la futura Ley del Cine en Cataluña, aprobada por el gobierno catalán, según ha dicho el conseller de Cultura, Joan Manuel Tresserras, quien no imagina que CiU "opte por erosionar al Govern en lugar de contribuir a consolidar la cultura y la lengua catalanas".

En una entrevista concedida a EFE, Tresserras ha señalado que aunque la primera reacción de CiU ha sido despreciativa y crítica con el proyecto de ley, en la línea de erosionar al gobierno catalán, la coalición nacionalista "deberá decidir si trabaja en bien del país, de su cultura y su lengua, o bien trabaja para erosionar al Govern".

"No me puedo imaginar que a la hora de la política de verdad, CiU explique a sus seguidores que prefiere erosionar al Govern en lugar de contribuir a consolidar la cultura y la lengua del país", ha dicho Tresserras.

El conseller ha reconocido la importancia del intento fallido del gobierno de CiU cuando el entonces conseller Joan Maria Pujals se entrevistó con las 'majors' en Los Ángeles: "Aquel intento tuvo en cuenta las condiciones del momento y lo respetamos y hemos tenido en cuenta aquella experiencia".

Tresserras espera que la nueva ley será aprobada por el Parlament antes del verano y por ello se solicitó el trámite de urgencia.

Insiste en que "no se trata de aprobar una ley en contra de nadie, ni es un pulso político, sino que responde a la voluntad de cambiar un estado de cosas".

El responsable de Cultura mantiene abierto el diálogo con los representantes del sector y aspira a que "en el trámite parlamentario tendrá un amplísimo apoyo político y un gran consenso".

Aclara Tresseras que esta propuesta de ley "intenta ayudar al sector a superar la crisis tras la caída de asistencia a las salas y de adaptación al universo digital".

Además de las tradicionales ayudas a la producción, la nueva ley establece "nuevos recursos, destinados a la distribución, la exhibición y la promoción".

Frente a las "reticencias" que ha despertado en buena parte del sector, el departamento de Cultura propone "la creación de una red de salas o pantallas concertadas en las que se exhibirían más cine de autor, de filmografías exóticas, cine europeo o producciones hechas en Cataluña, con el compromiso de asumir las mermas que puedan tener de público en estas salas con esta oferta".

Tresserras está convencido de que "con una buena oferta sostenida acabará habiendo una respuesta positiva por parte del público" y añade: "No se puede decir que no hay mercado para una cosa que ahora no se ofrece".

Para la Generalitat, "donde los empresarios de cine ven riesgo, nosotros vemos una oportunidad, porque las industrias culturales deben adaptarse a mercados cada vez más flexibles y singulares y la singularidad muchas veces viene marcada por la lengua".

Consciente de que cuando el sector se opone a la ley no es porque estén en contra del catalán sino porque creen que se abrirá una vía incierta, Tresserras dice que puede ser "un precedente positivo", ya que van a poder "ensayar un nuevo sistema en un territorio, en una cultura y con una lengua, y con el apoyo del gobierno catalán".

Agrega el conseller que la Generalitat está además dispuesta a invertir en I+D cultural, social y tecnológico para resolver esta cuestión.

Sin ánimo de minimizar las protestas, Tresserras prefiere hablar de "algunas posiciones discrepantes que son capaces de tener mucha notoriedad y que son importantes porque son relevantes en el sector", pero que conviven con "muchas posiciones de adhesión que no tienen el mismo eco".

Considera que el panorama de la exhibición actual es "una situación heredada inaceptable, que se ha ido perpetuando en el tiempo, mientras otras industrias culturales se han ido adaptando".

La futura ley trata de dar respuesta a "la creciente reducción de la oferta y la diversidad, a la proyección cada vez menor de cine europeo, a que el 80% de las películas estrenadas en grandes festivales europeos de cine no llegan a exhibirse, y que algunas de las películas producidas aquí no tienen sitio prácticamente donde estrenarse en mínimas condiciones".

Frente a la crisis económica del sector, la legislación persigue, subraya Tresserras, fortalecer la industria: "Hemos de intervenir, porque una cultura como la nuestra necesita una industria del cine y del audiovisual potente y un sistema cultural de calidad no puede prescindir de un cine, propio y ajeno, de calidad con una oferta que permita acceder a un abanico amplio de filmografías".