La historia de los acosos a otros políticos

    • El caso de acoso al edil madrileño Javier Barbero no es el primero ni será el último. Cuando Pablo Iglesias ejercía de profesor de la Complutense protagonizó un escrache a Rosa Díez.
    • Soraya Sáenz de Santamaría sufrió en su propia vivienda un escrache por parte de la Plataforma Antidesahucio (PAH) el pasado 2013.
Escrache a Soraya Saénz de Santamaria
Escrache a Soraya Saénz de Santamaria

Algunos lo llaman escraches y otros libertad de expresión. Es el caso de Javier Barbero,delegado de Salud, Seguridad y Emergencias de Madrid, que fue acosado por 300 policias.Sucochefuezarandeadoy una periodista recibió unmanotazomientras grababa la protesta con su teléfono móvil. Lainformacion.comse ha puesto en contacto con el departamento que dirige el edil pero no ha querido hablar.Pero Barbero no se acuerda cuando se unió a un grupo para acosar a Alberto Ruiz Gallardón cuando el ex alcalde de Madrid renovó el cargo el pasado 11 de junio de 2011. Además de Barbero, se hanvivido muchas formas de alterar el curso normal de un acto político.

Cuando Pablo Iglesias ejercía de profesor de la Complutense se encontraba plenamente inmerso en el escrache a Rosa Díez en su facultad, allá por octubre de 2010. Los asistentes boicotearon el acto de Rosa Díez que no pudodecir ni una sola palabra.

Soraya Sáenz de Santamaría sufrió en su propia vivienda un escrache por parte de la Plataforma Antidesahucio (PAH) el pasado 2013 con un par de centenares de personas, entre las que se encontraba gritando y jaleando el televisivo Jorge Verstrynge.

El exministro de Educación, José Ignacio Wert, sufrió un escrache en Málaga a su llegada a un restaurante cuando lo hacía con su coche oficial.

En octubre de 2011, la entonces presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, sufrió algo más que un escrache. Tuvo que cambiarse de ropa porque un grupo de radicales miembros del movimiento Mugitu, contrarios al AVE, recibieron con tres tartazos a la política de Unión del Pueblo Navarro (UPN).

Alrededor de medio centenar de prejubilados de la empresa Hitemasa, la antigua Interlhorce, se quejaron ante Pedro Sánchez porque la Junta de Andalucía les debe entre 4 y 6,5 millones de euros para pagar su prejubilación que les adeudan desde el año 2004.

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