La inexperiencia de Karadzic en su propia defensa marca la primera semana de careos

  • Bruselas.- La inexperiencia del ex líder serbobosnio Radovan Karadzic para dirigir su defensa ha marcado la primera semana de careos con testigos en el juicio por genocidio que se le sigue en La Haya ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).

La inexperiencia de Karadzic en su propia defensa marca la primera semana de careos
La inexperiencia de Karadzic en su propia defensa marca la primera semana de careos

Bruselas.- La inexperiencia del ex líder serbobosnio Radovan Karadzic para dirigir su defensa ha marcado la primera semana de careos con testigos en el juicio por genocidio que se le sigue en La Haya ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).

Karadzic, que renunció a que un abogado dirigiese su defensa, se ha enfrentado en esta primera semana al testimonio de dos bosnios musulmanes que vivieron las atrocidades de la guerra en el campo de Saski Monst (noroeste de Bosnia) y en el bombardeo al mercado de Markale, en Sarajevo.

El apodado "carnicero de Sarajevo" ha sido reprendido por el juez O-Gon Kwon y el fiscal Alan Tieger por no ceñirse a las reglas del careo con testigos, que implica hacerles preguntas ciñiéndose al contenido preciso de su declaración.

En lugar de eso, Karadzic ha optado por utilizar estos interrogatorios para proseguir su discurso de justificación de la ofensiva serbia como defensa ante "un complot musulmán destinado a convertir Bosnia en una república islámica".

Los testigos han reaccionado con estupor: "¿Por qué me pregunta sobre asuntos que no tienen nada que ver conmigo", le espetó el jueves, en la última sesión de esta semana, el bosnio Sulejman Crncalo, cuya mujer murió en el ataque a Sarajevo.

Karadzic, que no se separa de sus gafas de lectura, se considera en desventaja por no haber tenido acceso a su ordenador en los últimos días y porque dice no tener "suficiente" tiempo con cada testigo.

El martes se enfrentó al crudo testimonio de Ahmet Zulic, antiguo prisionero de un campo de detención serbio, que relató las condiciones "infrahumanas" en las que vivió en Sanski Most.

Su testimonio incluyó el relato del asesinato de veinte hombres a quienes los soldados serbios habrían obligado a cavar su propia fosa antes de ser ejecutados.

Karadzic le tachó de "mentiroso" y le advirtió de que algunos de los serbios que señala como asesinos en su relato "le demandarán personalmente por falso testimonio y perjurio", una amenaza a la que Zulic, que hasta ese momento no había mirado a la cara a Karadzic, reaccionó mostrándole la cicatriz en forma de cruz sobre el pecho que le habrían grabado las fuerzas serbobosnias.

"Nice" (bonito, en inglés), fue la respuesta de Karadzic al ver la herida.

El miércoles comenzó el relato de Crncalo, que rompió a llorar explicando cómo encontró el cadáver de su mujer, después del ataque contra el mercado de Sarajevo, y al que Karadzic, sin responsabilizarse de los hechos, dio sus condolencias "por su pérdida".

El próximo antagonista de Karadzic será un testigo protegido, un superviviente de una ejecución en masa atribuida a las tropas serbobosnias que logró escapar y refugiarse en el bosque hasta acceder a territorio controlado por los musulmanes.

Karadzic, que se declara inocente, se enfrenta a la cadena perpetua si es hallado culpable de ser el comandante supremo de una campaña de limpieza étnica contra los musulmanes, según la acusación presentada por el fiscal, Alan Tieger.

Al ex líder serbobosnio Karadzic se le imputan once cargos por crímenes de guerra, contra la humanidad y por genocidio en la guerra civil de Bosnia-Herzegovina (1992-1995), donde se calcula que fueron exterminadas 100.000 personas y más de dos millones quedaron sin hogar.

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