La Izquierda aprueba programa que pide fin de OTAN y nacionalización de banca

  • El partido de La Izquierda, que cuenta con 76 diputados en el Bundestag, aprobó hoy con un 97 por ciento de votos su nuevo programa básico que plantea, entre otras cosas, la disolución de la Alianza Atlántica y la nacionalización de la banca y las compañías energéticas.

Berlín, 23 oct.- El partido de La Izquierda, que cuenta con 76 diputados en el Bundestag, aprobó hoy con un 97 por ciento de votos su nuevo programa básico que plantea, entre otras cosas, la disolución de la Alianza Atlántica y la nacionalización de la banca y las compañías energéticas.

Surgida hace cuatro años de la fusión del poscomunista y germano oriental Partido del Socialismo Democrático (PDS) y el ala disidente de la socialdemocracia occidental unida bajo las siglas WASG, La Izquierda aspira a lograr un cambio radical del sistema político y económico de Alemania hacia un socialismo democrático.

Los 570 delegados de La Izquierda reunidos en la localidad germano oriental de Erfurt en su congreso programático acordaron también incluir en sus principios la lucha por la semana laboral de 30 horas y la legalización a largo plazo de todas las drogas, incluidas las calificadas de duras como la cocaína y la heroína.

Klaus Ernst, presidente de La Izquierda, celebró la unidad mostrada y calificó de "hito" en la historia de la formación la aprobación del programa, tras afirmar que los éxitos y los escaños son pasajeros, "pero lo que perdura son nuestras convicciones, esperanzas y metas".

La Izquierda existe porque es necesaria y "esto es hoy mas válido que nunca", dijo Ernst, quien subrayó que el documento aprobado hoy "es una alternativa programática a la dictadura de los mercados financieros".

El programa aprobado hoy con una mayoría muy superior al 90 por ciento que se había planteado como meta la dirección del partido será sometido a referendo entre los 70.000 afiliados de La Izquierda hasta final de año.

El documento establece también como metas políticas fiscalizar en mayor medida las herencias, los beneficios empresariales y las grandes fortunas y la creación de un salario mínimo del 60 por ciento del salario medio.

En el caso de la OTAN reclama su disolución y sustitución por "un sistema de seguridad colectivo con la participación de Rusia", así como el final de todas las misiones internacionales del Ejército Federal, la creación de un "Cuerpo Willy Brandt" para misiones militares de ayuda internacional contra catástrofes y la prohibición total de exportar armas.

Otras iniciativas programáticas de La Izquierda incluyen el final inmediato de la ampliación de la red de carreteras y la construcción de autopistas y la desviación de la mayoría del tráfico aéreo alemán y europeo al transporte por ferrocarril.

El programa marca además líneas rojas que La Izquierda se compromete a no rebasar a la hora de negociar una eventual participación en una coalición de gobierno en Berlín como la negativa a participar en misiones militares internacionales o un rearme del ejército.

Otros puntos que se incluyen en ese tabú negociador son la privatización de empresas públicas de suministro básico como las compañías de aguas, la reducción del sistema social o recortes en los servicios públicos.

Los distintos puntos aprobados por los delegados de La Izquierda suponen una radicalización del partido que conducirá a su inevitable marginación por las restantes formaciones políticas con representación parlamentaria.

Los socialdemócratas (SPD) y también Los Verdes disienten con una gran parte de los planteamientos aprobados hoy por La Izquierda, entre ellos el de la participación del Ejército Federal en misiones internacionales como la de Afganistán, que cuenta con el respaldo de los dos principales partidos de la oposición alemana.

Críticas de todos los restantes partidos había recibido ya de antemano la exigencia de legalizar todas las drogas por parte de La Izquierda, que cuenta entre sus dirigentes al ex presidente del SPD Oskar Lafontaine.

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