La madre que acusa al juez Serrano dice que sintió que le quitaban a su hijo

  • La madre que ha sentado en el banquillo al juez de Familia sevillano Francisco Serrano por prorrogar el régimen de visitas de un niño de 11 años para que pudiera participar en una procesión de Semana Santa ha declarado hoy que sintió "terror" y que le "quitaban" a su hijo al percatarse del alcance de esta medida.

Granada, 4 oct.- La madre que ha sentado en el banquillo al juez de Familia sevillano Francisco Serrano por prorrogar el régimen de visitas de un niño de 11 años para que pudiera participar en una procesión de Semana Santa ha declarado hoy que sintió "terror" y que le "quitaban" a su hijo al percatarse del alcance de esta medida.

La progenitora, que ejerce la acusación particular en la causa por la que se juzga desde ayer al juez, ha comparecido como testigo en la vista oral que se celebra en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), con sede en Granada, donde ha dicho que se siente "indignada, atemorizada e indefensa" por lo ocurrido.

La madre, divorciada del padre del menor, ha asegurado que se sintió "muerta civilmente" tras conocer que el juez Serrano había decidido unilateralmente sobre la tutela y custodia de su hijo, pese a que el régimen de visitas ya había sido fijado por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 4 a través de unas medidas provisionales.

La madre ha explicado que los días previos a la procesión de El Silencio, en la madrugada del Viernes Santo, no pudo contactar con su hijo y que, pese a que a partir del Jueves Santo al menor le correspondía estar con ella, no supo, hasta que se enteró a través de la prensa, que el juez Serrano había decidido prorrogar el régimen de visitas del niño con su padre.

"Ese juez no me conocía de nada, no conocía mi divorcio y encima se jactaba de que a mí no hacía falta ni escucharme porque soy mujer y víctima de violencia de género", ha dicho la querellante, quien ha asegurado sentirse "machacada" y haber recibido un "trato vejatorio" en todo este proceso.

Ha señalado que cuando Serrano modificó el régimen de visitas el pasado 30 de marzo de 2010 únicamente se guió por la postura de la familia paterna y de un conocido abogado "cliente y amigo".

En este sentido, se ha referido a la "maquinaria" que a su juicio "puso en marcha su exmarido para dejarla "aplastada" e "indefensa" a partir de las gestiones que inició a través de su letrado y de las de éste último con el juez Serrano.

La progenitora ha querido aclarar asimismo que ella no se oponía a que el niño fuera a esa procesión, sino que quería tener "garantías" de cómo ésta se producía, dado que, además, entonces esa cofradía no permitía a las mujeres participar en la procesión.

En cualquier caso, ha asegurado que el niño quería salir más bien con Los Estudiantes y que el hecho de participar en el desfile de El Silencio en la "Madrugá" respondía a los deseos de su padre.

También ha lamentado la "presión" que todo este proceso supuso para el menor, quien tras la procesión sufrió "agotamiento físico y psíquico" por el que incluso fue tratado en un hospital.

Durante la vista, en la que el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, ha tenido que pedir en varias ocasiones al abogado de la acusación particular que preguntara sin introducir calificativos, han declarado además varias funcionarias, una secretaria judicial, una fiscal y un abogado.

Aunque estaba previsto que también declarara el menor, finalmente la parte que lo había propuesto ha rechazado esta comparecencia, por lo que está previsto que el juicio continúe mañana con los informes finales y las conclusiones definitivas de las partes.

El juez Serrano, que ayer declaró que con su actuación no pretendió dañar a ninguna de las partes implicadas, se enfrenta a una petición de hasta 20 años de inhabilitación por un delito de prevaricación dolosa.

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