La odisea de montar una empresa en España, paso a paso

    • El proceso también es conocido como el 'síndrome de pasear la carpeta de una administración a otra', obliga a realizar diez trámites, dura unos 23 días y cuesta casi mil euros.
    • En Francia puedes montar una empresa en una semana, por 300 euros y en cinco sencillos pasos.
    • El Plan Emprende en 3, que entrará en vigor el 1 de enero de 2014 pretende simplificar este proceso y reducirlo a tres días.
    • La entrada en vigor de esta plataforma podría suponer un ahorro de 450 millones de euros en trámites empresariales.

Jóvenes emprendedores cuentan sus experiencias y proyectos en el programa Loyola Emprende
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PGL

El informe 'Doing Business', que cada año publica el Banco Mundial y que califica a 189 países del mundo en cuanto a su facilidad para hacer negocios ha situado a España en un lamentable puesto 142 en cuanto a sus condiciones para montar una empresa, lo que nos deja por detrás de países con tanta tradición empresarial como Túnez o Ruanda. Según el ranking de 'Doing Business', en España se tarda 23 días en comenzar un negocio frente a los 11 de media que hay en la OCDE, tenemos que realizar diez trámites – frente a los cinco de media en la OCDE – y nos cuesta el 4,7% de nuestra renta per cápita, frente al 3,6% de la renta que supone la media OCDE. Esto quiere decir que si la renta per cápita en España es de unos 22.400 euros, el gasto medio para el inicio de una actividad empresarial es de 1.052 euros, frente a los 806 euros que nos costaría si aplicásemos el baremo medio que usa la OCDE (3,6%).

Por hacer una comparativa con los países de nuestro entorno, en Francia se realizan cinco procedimientos en un tiempo medio de 6,5 días y con un coste del 0,9% de su renta per cápita. Aún teniendo en cuenta que su renta per cápita es superior a la española y está en torno a los 31.100 euros, el gasto medio de un francés sería de 280 euros. Un italiano realizaría seis trámites en seis días, pero pagaría el 14,2% de su renta, en torno a 3.650 euros. Mientras que un alemán tardaría 14 días, realizaría nueve procedimientos y le costaría el 4,7% de su renta, que en su caso se elevaría hasta los 1.532 euros. Portugal sería en este sentido la gran referencia de los países más próximos a España, puesto que tardan dos días y medio en hacer tres procedimientos y les cuesta el 2,4% de su renta, esto es, en torno a 375 euros.

Todos estos países, incluso los que presentan malos datos, ocupan un mejor lugar que España en el ranking de facilidades para crear una empresa de 'Doing Business'. Portugal ocupa el puesto 32, Francia el 41, Italia el 90 y Alemania, mal colocado en este aspecto, ocupa el 111. "Hace poco, cuando salió el proyecto de la Ley de Mercado Único, el Gobierno dijo haber detectado 50.000 normas distintas que afectaban a las transacciones empresariales. Es un hecho que crear una empresa en España se ha convertido en una odisea y no sólo en trámites, sino también en tiempo y dinero", explica Pilar Andrade, presidenta de la Confederación de Jóvenes Empresarios.

Para la presidenta de los jóvenes emprendedores, el principal problema que hay en España es que hay demasiados negocios establecidos en torno a la creación de empresas: registradores de la propiedad, notarios… "Tener que acreditar ante notario la propia personalidad jurídica para dar de alta una empresa cuando ya tenemos un DNI electrónico no tiene mucho sentido. La modernización de la administración es lo que nos separa de países como Francia o Gran Bretaña", asegura Pilar Andrade.

La presidenta de la Confederación de Empresarios cree que hay que terminar ya con la figura del empresario paseándose por las administraciones carpeta en mano. Pero, ¿realmente es tan difícil crear una empresa en España? Hagamos una prueba. Imaginemos que queremos montar un negocio cualquiera, por ejemplo algo típicamente español, un bar, ¿cuántos días, trámites y dinero nos costaría?

El primer paso sería escoger el tipo de sociedad que queremos formar y su régimen fiscal. En España hay hasta diez formas jurídicas empresariales distintas, aunque más del 95% se reducen a Sociedad Anónima y Sociedad Limitada. El régimen fiscal y la forma de administración también son variables.

El segundo paso sería escoger un nombre e inscribirlo en el Registro Mercantil. Afortunadamente, este es un paso que en la mayoría de los casos ya puede hacerse vía telemática, de modo que escogeríamos cinco nombres y los enviaríamos. El plazo medio de aceptación de los nombres es de cinco días y el trámite nos costaría unos 15 euros. "El problema aquí – explica Pilar Andrade – es que escojamos cinco nombres que ya estén cogidos. En ese caso, nos quedaríamos sin nombre y sin dinero".

Imaginemos que no tenemos tan mala suerte y que escogemos un nombre libre. El siguiente paso sería acudir al banco, abrir una cuenta a nombre de la sociedad y depositar el capital inicial. En caso de escojamos una Sociedad Anónima el capital inicial debe ser de 60.000 euros y en caso de que sea una Sociedad Limitada bastaría con 3.000 euros. Del banco saldríamos con el consiguiente certificado.

El informe 'Doing Business' indica que 99 de los 189 países estudiados no tienen obligación de depositar un capital mínimo y 39 de estos países han eliminado este requisito en los últimos siete años, sin embargo la existencia de un capital mínimo es una garantía frente a terceros y en general es considerado como un elemento positivo que genera confianza y proyecta una imagen de cierta solidez.

El cuarto paso sería acudir al notario con el certificado del banco y el certificado del registro mercantil con el nombre de nuestra empresa. En el notario tendríamos que depositar los estatutos de la sociedad y su objeto social, aunque para esto existen modelos que pueden servirnos de guía. Al notario habrá que informarle además de la forma de administración, que puede ser – para empresas pequeñas que no cuenten con un consejo de administración – un administrador único, una serie de administradores solidarios – cualquier firma es válida – o una serie de administradores mancomunados – se exigen todas las firmas para cada trámite. La visita al notario, por supuesto costaría dinero, unos 300 euros como mínimo, dependiendo del capital social de la empresa. El notario tardaría unos días en darnos las escrituras originales, pero podríamos disponer de una copia simple.

El quinto paso sería acudir a Hacienda con una copia simple de la escritura para solicitar el alta censal y el NIF provisional de la empresa, que no implica que el negocio esté ya constituido pero sí que nos permite empezar a trabajar como empresa emitiendo y recibiendo facturas.

Una vez tengamos la escritura original, tendríamos que liquidar el Impuesto de Operaciones Societarias, que es un impuesto regional y que está exento en la mayor parte de las comunidades autónomas, aunque podría habilitarse de nuevo en cualquier momento. Este sería el sexto paso y nos obligaría a darnos otro paseo y acudir a una administración distinta.

El séptimo paso sería depositar la escritura en el Registro Mercantil, que nos cobraría entre 250 y 300 euros, previo depósito inicial de cien euros. Como el Registro tardaría unos diez o doce días en formalizar la escritura, podríamos ir iniciando los trámites con el ayuntamiento – otra administración involucrada – que es quien nos concedería la licencia de apertura e inicio de actividad. Aquí los plazos y la dificultad dependen mucho del sector, siendo los más complicados aquellos que son susceptibles de molestar a los demás, como un negocio de hostelería, en el que habría que cuidar aspectos como la saturación o la contaminación acústica de la zona escogida. Además, el trámite nos costaría unos 350 euros – en Madrid – y algo menos en otras comunidades.

En caso de que el negocio sea del sector alimentario o de Salud habría que pedir los consiguientes permisos especiales a la comunidad autónoma, que tiene las competencias en materia de Sanidad y además legisla de forma específica en este campo. Las licencias de apertura pueden demorarse mucho, incluso años, pero en principio, con la solicitud es suficiente para ir abriendo el negocio.

El noveno paso bien podría ser la legalización del libro de actas y el libro de socios, que nos costaría algo más de 30 euros más otros veinte euros por cada libro. En total unos 70 euros y un plazo de diez días por delante, si bien no es un paso que impida desarrollar la actividad normalmente.

El décimo paso sería recoger la escritura del registro y volver a Hacienda a solicitar el NIF definitivo y a dar de alta la sociedad en el Impuesto de Sociedades.

Una vez se tiene el NIF definitivo el proceso de constitución de empresa habría concluido, aunque bien podría haber un paso más si pretendemos contratar a algún trabajador, en cuyo caso habría que notificarlo en la Delegación Provincial de Trabajo e Industria. En realidad, en ese momento empezaría la batalla con la Seguridad Social, a quien habría que solicitar un código cuenta de cotización de la empresa y comunicar la apertura en la Delegación de Trabajo.

En total, unos 1000 euros y en torno a 20-25 días. Para el director de la asesoría técnica Gestdocument y vocal de la Confederación de Empresarios de Aragón, Fernando Salvador, los principales obstáculos en España a la creación de empresas son dos: hay demasiados negocios que obtienen beneficio de esto y hay demasiadas administraciones implicadas. "Que el notario de fe de la constitución y luego haya que ir de nuevo al Registro Mercantil a hacer algo similar me parece reiterativo, debería haber una fórmula para que ambas gestiones se hiciesen a un tiempo", explica Salvador.

En comparación con los 10-12 pasos que uno da en España, con tres administraciones involucradas, Francia, por ejemplo, permite crear empresas en sólo cinco pasos y apenas una semana. En Francia basta con escoger un nombre, depositar el capital, publicar el aviso de constitución de capital (180 euros), ir al registro (84 euros) y comprar los libros (45 euros). Mucho más rápido, sencillo y barato. Si nos vamos al inicio de la lista vemos que en Nueva Zelanda la cosa se reduce a una mañana y 150 dólares y en Canadá un solo trámite, 200 dólares y cinco días de espera.Emprende en 3

La odisea de montar una empresa en España debe simplificarse a partir del 1 de enero de 2014 con la entrada en vigor de la plataforma Emprende en 3, que permitirá realizar las gestiones de forma telemática a través de una terminal y un programa que coordinará a las tres administraciones, pasando de doce pasos a sólo uno y de más de veinte días a sólo tres. "El problema de esta plataforma – dice la presidenta de la Confederación de Jóvenes Empresarios, Pilar Andrade – es que es de adscripción voluntaria, de forma que los ayuntamientos son los que escogen si quieren contar o no con este servicio para los ciudadanos". La ventaja de Emprende en 3 es que no sólo servirá para el inicio de una actividad empresarial, sino también para cualquier trámite que deba realizarse, como un cambio de domicilio o de administrador. Según un estudio de la Confederación de Jóvenes Empresarios, Emprende en 3 va a suponer un ahorro de 450 millones de euros.

"Esto puede ser igual a la sociedad limitada nueva empresa, todo es muy prometedor hasta que nos damos cuenta de que no agiliza apenas. Yo soy muy escéptico hasta que no lo vea en marcha y podamos constatar que funciona", asegura el director de Gesdocument en Aragón, Fernando Salvador.

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