La ONU condena el asesinato de un popular cómico somalí en Mogadiscio

  • El representante especial de la ONU para Somalia, Augustine Mahiga, condenó hoy el asesinato de un popular cómico y actor radiofónico somalí ocurrido el pasado martes en Mogadiscio, y pidió una "investigación independiente".

Nairobi, 2 ago.- El representante especial de la ONU para Somalia, Augustine Mahiga, condenó hoy el asesinato de un popular cómico y actor radiofónico somalí ocurrido el pasado martes en Mogadiscio, y pidió una "investigación independiente".

"Casi cada mes lamentamos la muerte de una víctima del mundo de los medios de comunicación somalí. Esto es inaceptable", subrayó Mahiga en un comunicado emitido en la capital somalí.

Abdi Jaylani Malaq, más conocido como Marshaale, fue tiroteado por pistoleros enmascarados cuando se dirigía a su casa en el barrio capitalino de Waberi.

Mahiga instó a las autoridades somalís a "emprender acciones inmediatas y hacer todo lo necesario para efectuar una investigación completa e independiente de este ataque y llevar a los autores ante la Justicia".

A juicio del representante de la ONU, las autoridades deben "proteger a los periodistas en el país y salvaguardar su trabajo", pues "el ciclo de la impunidad debe acabar".

Marshaale, que trabajaba para radios locales y Universal TV, una televisión de Somalia con sede en Londres, era uno de los comediantes más populares de la maltrecha capital somalí.

El comediante había protagonizado programas satíricos sobre la milicia radical islámica Al Shabab, que a comienzos de año anunció su adhesión formal a la red terrorista Al Qaeda.

Aunque se ignora el móvil del crimen y nadie se lo ha atribuido de momento, los periodistas y otros profesionales vinculados a los medios han estado anteriormente en el punto de mira Al Shabab.

Al menos siete periodistas (sin contar a Marshaale) han sido asesinados en lo que va de año en Somalia.

Al Shabab, que controla zonas del centro y sur de Somalia, combate al internacionalmente respaldado Gobierno Federal de Transición somalí, a las fuerzas multinacionales de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) y al Ejército etíope con el fin de instaurar un Estado musulmán rigorista en el país.

Somalia vive en un estado de guerra civil y caos permanente desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra y bandas de delincuentes.

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