La otra cara de la violencia de género: más presos mayores en las cárceles

El pasado año, 32 mayores de 64 años fueron detenidos e imputados por homicidio, 345 por atentar contra la libertad sexual y nada menos que 1.616 por malos tratos. Ese es el ámbito de delincuencia en el que se mueven nuestros mayores.

Su peso en las cárceles no deja de ser simbólico, sí, pero su número no para de aumentar. Fundamentalmente se debe a que ahora los casos de violencia de género se empiezan a denunciar y si no es la propia mujer afectada la que lo hace sí la animan a ella sus hijos.

La situación de los presos mayores en las cárceles ha sido analizado al detalle por Concha Yagüe, exsubdirectora general de Prisiones en el estudio Análisis de la ancianidad en el medio penitenciario, sobre el que ha hecho eco el diario El País. Los datos son relevantes. En 1985 había 108 presos ancianos en España, en quince años este número se multiplicó por 3 hasta llegar a los 373, y se ha vuelto a triplicar hasta los 1.335 en 2007. Este año el número de mayores que se encontraban en la cárcel ascendió a 2.173.

El País aporta otro dato interesante en base a las cifras del Ministerio del Interior. Las detenciones e imputaciones entre mayores de 64 años aumentan —de 3.495 en 2009 a 8.142 en 2014.

Es cierto que otra de las razones que explican estos datos es que gran parte de la población que hoy tiene más de 64 años entró en la cárcel por homicidio o delitos con una media de condena de más de 10 años. Eso en el caso de los hombres donde los delitos sexuales ocupan también un hueco importante entre las condenas.Las mujeres mayores están en la cárcel por delitos con drogas

Las mujeres mayores que están en la cárcel son mayoritariamente reincidentes (63,6%). Ellas suelen estar presas por delitos relacionados con el tráfico de drogas (77,3%), pero al cometerlo en más de una ocasión pasan más años en la cárcel.

A ellos los suelen encerrar los celos. La celotipia en su manifestación psicopatológica (delirio de infidelidad ) pone en riesgo la integridad física e incluso la vida del cónyuge, cuando el cuadro llega a un grado de exacerbación, según relatan los expertos en el informe, aunque la violencia de género, en esencia es un acto de machismo, de posesión y de control sobre la vida del otro.Los ancianos presos acaban encontrando su hábitat dentro

El 95% de las personas mayores en nuestras prisiones no presentan problemas regimentales ni de convivencia relevantes. Prefieren permanecer integrados en módulos ordinarios (de escasa peligrosidad), donde compartir vida y actividades comunes con todos los demás tramos de edad.

Con esta solución se garantiza su nivel de prestaciones y la posibilidad de participar en la vida ordinaria dentro de prisión. Porque otro dato revelador en este interesante estudio es que gran parte de estos ancianos presos ya no se hace a la vida fuera de la prisión o no tiene a nadie que le espere fuera. O la vida les ha hecho perderlos o sus propios actos.