La participación se dispara en Catalunya pero no frena la abstención en España

    • La participación se dispara en Catalunya, sube en el País Vasco y se mantiene o baja en el resto de España
    • Al final la participación ha alcanzado el 45,58% frente al 44,87% de hace cinco años.
David Aragonés

El debate soberanista catalán ha impedido que estas elecciones europeas se conviertan en los comicios con menos participación de la historia. Con una subida de más de diez puntos respecto a las últimas elecciones europeas los catalanes han ‘maquillado’ la fuerte abstención en nuestro país. Hace cinco años votó apenas el 38%, hoy lo ha hecho el 47%.

Sin ese efecto soberanista en Catalunya los datos son los esperados.  La participación baja en prácticamente toda España. Los sondeos ya pronosticaban una gran caída de afluencia a las urnas. Hace cinco años la abstención alcanzó la cota histórica del 55,1%, es decir, solo 44 de cada 100 ciudadanos ejercieron su derecho al voto. Para esta cita casi la totalidad de las encuestas auguraban una participación en torno al 40%, y hubiera sido así si no fuera por la gran movilización de los ciudadanos catalanes ante esta cita electoral. Al final la participación ha alcanzado el 45,58% frente al 44,87% de hace cinco años.

No en vano, hasta en once comunidades la participación ha caído, en algunas de ellas con fuerza.  Es el caso de Extremadura y Castilla La Mancha, con cuatro puntos cada una. También cae en Madrid, Cantabria, Castilla y León, Valencia, La Rioja, Galicia, Asturias y Murcia.

Las comunidades que en términos absolutos registran mayor participación son las de Valencia, La Rioja y Cantabria, y las que menos Baleares y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

En relación con las últimas europeas celebradas en 2009, donde más ha crecido la participación ha sido en Cataluña, País Vasco y Navarra, y donde más ha descendido ha sido en Extremadura, Ceuta y Cantabria.

La participación sube en seis Comunidades Autónomas, en dos de ellas lo hace de manera significativa, Catalunya y País Vasco, y en sólo dos de esas seis gobierna el Partido Popular. Las dos regiones en las que el debate soberanista ha irrumpido con fuerza ha maquillado el resultado en el conjunto del país.  Y lo hacen casi nueve puntos en Catalunya y dos y medio en Euskadi.  ERC y CiU han logrado movilizar a sus votantes y BILDU a los suyos. Las otras subidas son menos significativas pero se dan en dos comunidades donde tampoco gobierna el PP, Andalucía, feudo socialista y Navarra, donde gobierno UPN. Sólo en las populares Aragón y las Islas Baleares la participación ha ascendido respecto a 2009, y no lo hace de manera contundente, apenas un punto.

Los estudios publicados ya hablaban de que estas elecciones europeas no importan a los españoles. Según un barómetro del Instituto Elcano el 44% de los españoles cree que estos comicios no son importantes ni relevantes para los ciudadanos. Otro dato importante que reflejaba, y que demuestra el poco interés por las instituciones europeas, es que siete de cada diez españoles no conocían el nombre del presidente de la Comisión Europea, José María Durao Barroso.

No se puede decir sin embargo que los españoles solemos quedarnos en casa en las citas electorales. En las elecciones autonómicas y municipales la participación ronda entre el 60 y el 70%, mientras que para las generales ha llegado hasta el 80% en alguna ocasión.

Nada que ver con este 45% de hoy en las elecciones europeas.

Cada vez votamos menos en las Europeas

Las cifras de participación española en estos comicios europeos han venido experimentando un descenso progresivo desde 1987, al año siguiente de la entrada en la UE.

En esa primera cita con las urnas europeas, la participación fue del 68,52%, si bien las elecciones se celebraron únicamente en España para elegir a la cuota de eurodiputados que le correspondía entonces, por lo que no es posible comparar esta cifra con otros países de la UE.

Dos años después, en 1989, votaron ya los 12 países que entonces conformaban la Unión y esa ha sido la única vez que la participación española ha sido menor que la media europea: un 54,71% -más de diez puntos menos que dos años antes- contra un 58,41%, respectivamente.

Asimismo, los candidatos españoles a las elecciones europeas han protagonizado la campaña menos vista y seguida por los ciudadanos. De hecho, el 'cara a cara' que protagonizaron los candidatos de los principales partidos, Elena Valenciano y Arias Cañete apenas llegó a 1,8 millones de espectadores y al 9,5% de cuota de pantalla.

Con este dato, TVE consiguió uno de sus peores prime times en meses y parece que cualquier programa interesa más que ver a los dos candidatos a las Elecciones Europeas. El debate posterior que enfrentaba a los seis candidatos que tienen representación en el Parlamento, lo vieron un millón menos de personas que el primero. Dato pésimo que no ayuda a una representación masiva en las urnas.

Sin Europa y en clave nacional

La campaña de las elecciones europeas 2014 ha pasado a la historia sin propuestas y casi, sin hablar de Europa. Una campaña de mucho desgaste para los políticos y en clave nacional de cara a las próximas elecciones autonómicas. Pocas ideas mucha propaganda.

La campaña ha girado en torno a la polémica generada por el candidato popular, Arias Cañete tras el debate con Valenciano. Dijo en un programa de televisión la frase de: "El debate con una mujer es complicado, si haces abuso de superioridad intelectual parece machista".

Por su parte, la candidata socialista no tardó ni un minuto en contestar al candidato popular por la red social 'Twitter': "¿Entonces, fuera mujeres del debate?". Desde ese mismo instante la campaña del resto de candidatos se ha basado única y exclusivamente en acusar a Cañete de machista hasta hace dos días que pidió disculpas en una emisora de radio. Hasta el último minuto los grandes partidos han reaccionado con la estrategia del "y tú más" para conquistar a un electorado desencantado. El hecho lo demuestra que una vez que Cañete pidió perdón, cinco días después, se pasó del machismo al maltrato. El PP acusó al PSOE de tener un maltratador en sus filas, en referencia al presidente del PSE Jesús Eguiguren. Con estos brillantes discursos y propuestas no sorprende el nivel escaso de movilización ciudadana.

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