La policía baja de la favela para controlar el acceso al Maracaná

  • La Policía Militar del Estado de Río de Janeiro ha reforzado hoy el control de acceso al Maracaná, donde se disputa el Bélgica-Rusia, después de los incidentes registrados en los dos anteriores encuentros, cuando varios aficionados argentinos y chilenos accedieron al estadio sin entrada.

Aitor Álvarez García

Río de Janeiro, 22 jun.- La Policía Militar del Estado de Río de Janeiro ha reforzado hoy el control de acceso al Maracaná, donde se disputa el Bélgica-Rusia, después de los incidentes registrados en los dos anteriores encuentros, cuando varios aficionados argentinos y chilenos accedieron al estadio sin entrada.

Muchos de los efectivos de la Policía Militar desplegados en los aledaños del Maracaná han llegado directamente de las favelas de la ciudad para reforzar la seguridad.

Trabajan en las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP), que son cuarteles permanentes de policía instalados en numerosas favelas, antes dominadas por narcotraficantes y a las que no se atrevía a entrar la administración.

Todos ellos se han dedicado a controlar que todos los aficionados que acceden al estadio tienen entrada, para evitar incidentes como los registrados en los dos primeros partidos jugados en Maracaná.

En las horas previas al partido entre Bélgica y Rusia, cientos de agentes cortaron las calles de acceso al estadio utilizando en algunos casos vehículos blindados.

Los hinchas tuvieron que superar varios controles sucesivos, en algunas ocasiones en intervalos de diez metros, y mostrar sus entradas a policías equipados con chalecos antibalas y armas de fuego.

Pese al visible refuerzo de la seguridad, el ánimo antes del partido ha sido distendido. El orden imperó en el lugar y, sobretodo los hinchas belgas, contribuyeron a alegrar la previa con cánticos, cerveza y buena educación.

Las autoridades brasileñas habían anunciado que desplegarían 600 efectivos adicionales para evitar nuevos incidentes como los vividos el miércoles antes del partido entre Chile y España, cuando un centenar de hinchas chilenos sin entrada rompieron el perímetro de seguridad, invadieron la sala de prensa del estadio y provocaron destrozos.

Tres días antes, el domingo, momentos antes del partido entre Argentina y Bosnia, un grupo de aficionados argentinos saltaron el muro del Maracaná y nueve fueron detenidos, aunque el resto consiguieron acceder al área de asientos.

Frente a esos dos incidentes, las autoridades brasileñas no han querido que hoy se les escape nada y han aumentado el número de efectivos considerablemente.

Incluso en el acceso a la zona de prensa, una cincuentena de policías han observado como los periodistas pasan el control de seguridad, algo que hasta hoy no había ocurrido.

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