La salida de la recesión da un respiro al Gobierno galo tras las vacaciones

  • El Gobierno francés retoma mañana la agenda política del nuevo curso con el respiro ofrecido por la salida de la recesión en el segundo trimestre, pero la necesidad acuciante de invertir la curva del desempleo antes de final de año.

Marta Garde

París, 18 ago.- El Gobierno francés retoma mañana la agenda política del nuevo curso con el respiro ofrecido por la salida de la recesión en el segundo trimestre, pero la necesidad acuciante de invertir la curva del desempleo antes de final de año.

Tras dos semanas de vacaciones que el presidente, François Hollande, y el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, se han cogido de forma alterna para evitar la sensación de vacío de poder del año pasado, los ministros recuperan el ritmo ya desde este lunes, con un seminario sobre el futuro de Francia, con el horizonte puesto en 2025.

El presidente introducirá ese encuentro, que constituye uno de los puntos destacados de una semana en la que el primer consejo de ministros de la "rentrée" tendrá lugar el miércoles.

El alza de un 0,5 % del Producto Interior Bruto (PIB) entre los pasados abril y junio ha ofrecido cierto margen en la preparación de los presupuestos para el año que viene, que serán presentados a finales de septiembre, pero no está previsto que haga modificar las medidas de rigor emprendidas por el Ejecutivo.

"Vemos que nuestra política comienza a dar sus frutos. No vamos a cambiar de estrategia, a la vez voluntarista y determinada", subrayó la pasada semana en el vespertino "Le Monde" el ministro de Presupuesto, Bernard Cazeneuve.

El objetivo consiste ahora en asentar ese incremento, que ha superado las previsiones, en una verdadera recuperación económica que reúna las condiciones necesarias para que las empresas apuesten por la inversión y la creación de empleo, en un momento en que el paro supera el listón del 10 % de la población activa.

El Gobierno apenas dispone ya de cuatro meses para cumplir la promesa de invertir la tendencia al alza en el número de parados, y afronta igualmente la vuelta al trabajo con la polémica reforma de las pensiones.

Hollande abogó en junio por modificar el sistema mediante un aumento del tiempo de cotización en lugar de retrasar la edad de jubilación, y los sindicatos están preparando ya una movilización para el 10 de septiembre en contra de esa propuesta.

El primer ministro se reunirá el 26 y el 27 de agosto con la patronal y los sindicatos para abordar la vía prevista, y, según la agenda anunciada, presentará la reforma en el consejo de ministros del próximo 18 de septiembre.

La portavoz gubernamental, Najat Vallaud-Belkacem, ya advirtió en el último consejo de ministros antes de las vacaciones que los desafíos pendientes eran "mayores" y que la vuelta iba a ser intensa y a estar cargada.

El 68 % de los franceses, según una encuesta realizada por el instituto Ifop y publicada hoy por "Le Journal du Dimanche", cree que Francia está todavía en plena crisis, mientras que otro 20 % estima que aunque ya ha pasado lo peor, la situación sigue siendo preocupante.

El curso político vuelve a la carga además con polémicas paralelas surgidas durante las vacaciones, como las divergencias entre el ministro del Interior, Manuel Valls, y la titular de Justicia, Christiane Taubira, sobre la reforma penal, que debía haber sido presentada en julio y que fue aplazada hasta septiembre.

Esas diferencias, materializadas en una carta filtrada por los medios este mes, en la que Valls pedía la mediación de Hollande, refleja según la prensa las divisiones que experimenta la izquierda francesa.

Ambos ministros serán por ello dos de los más esperados en la universidad de verano del Partido Socialista en La Rochelle, cita habitual de esa agrupación, que en esta ocasión reserva un hueco destacado a la preparación de las municipales de 2014.

Y más allá de debates internos, la agenda estará marcada principalmente por la crisis egipcia, que obligó la pasada semana a Hollande a acortar sus días de descanso para expresar su condena a la violencia registrada en ese país entre partidarios y opositores del depuesto presidente Mohamed Mursi, y para pedir la búsqueda de una respuesta común a nivel internacional y europeo.

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