La tradición ancestral de las mascaradas llena de color y música Zamora

  • El centro de Zamora se ha llenado hoy del colorido y la música de 31 grupos de máscaras de Portugal, España e Italia que han participado en el V desfile de la Máscara ibérica y han rememorado estos ancestrales rituales precristianos.

Isaac Barrientos

Zamora, 21 sep.- El centro de Zamora se ha llenado hoy del colorido y la música de 31 grupos de máscaras de Portugal, España e Italia que han participado en el V desfile de la Máscara ibérica y han rememorado estos ancestrales rituales precristianos.

El quinto desfile de la Máscara Ibérica cuenta con la novedad en esta edición de la participación de tres grupos italianos, de la región de Carnia, además de los habituales de la zona de Braganza (Portugal) y de la provincia de Zamora.

La máscara no sólo da nombre a estas celebraciones, sino que es su elemento principal y, al tiempo, diferente a las máscaras carnavalescas, que tienen como fin ocultar la personalidad del que la porta, mientras que en este caso el objetivo es representar a otro ser y actuar como intermediario entre los dioses y los hombres.

Cada uno de los rituales de las mascaradas requiere de su peculiar despliegue escénico, condicionado hoy por el espacio a lo largo del desfile, por lo que cada grupo ha realizado su peculiar 'performance' dentro del numeroso y vistoso grupo por las calles del centro de Zamora.

Cientos de personas han disfrutado del impresionante despliegue llevado a cabo por las más de 400 personas que han recuperado tradiciones que en muchos casos estuvieron olvidadas durante siglos y que ahora el apego por la herencia popular en las zonas rurales ha rescatado del olvido y convertido en símbolo de identidad y atractivo turístico.

Cencerros, esquilas o campanillas son los elementos que aportan los sonidos rurales que en el caso de las mascaradas tienen un significado purificador y que, según la localidad, se colocan en diferentes partes del traje.

Otro de los elementos característicos son los instrumentos fustigadores, como las tenazas articuladas, los tridentes o los mazos, con los que a lo largo del recorrido han ido asustando y sorprendiendo al público que ha llenado el recorrido.

Los ritos de las mascaradas de invierno no están reducidos al sur de Europa, ya que hay constancia de ellos en diferentes puntos desde la península Ibérica hasta Rusia y desde Irlanda a Grecia, con vestimentas coloridas y siempre diferentes aunque con elementos comunes, tanto en la puesta en escena como en el objetivo del ritual.

La fertilidad o la petición de una buena cosecha son algunos de los rituales más repetidos entre las mascaradas, aunque también los hay movidos por el miedo y los personajes que tratan de ahuyentar a los malos espíritus.

Los Caretos de Podence, de Salsas, da Aveleda o el Diabo de Cidoes son algunas de las doce mascaradas portuguesas presentes, mientras que Krampus, Gruppo Folkloristico Val Resia y Da Maschkaras va Tischlbong son los representantes italianos, de la región de Carnia, al norte del país.

Por la provincia de Zamora han participado trece grupos, todos ellos con gran arraigo en las diferentes comarcas, como los zangarrones de Sanzoles o Montamarta, los Carochos de Riofrío de Aliste o la Filandorra de Ferreras de Arriba.

El Festival de la Máscara Ibérica forma parte de un programa cultural financiado por la Unión Europea al 50 por ciento y con un presupuesto de 400.000 euros, cuyo principal objetivo es la promoción cultural y turística de las mascaradas en las tres regiones de Portugal, España e Italia. EFE

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