La UA reitera oferta de amnistía a radicales islámicos somalíes de Al Shabab

  • La Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) reiteró hoy la oferta de amnistía a los fundamentalistas islámicos de Al Shabab si deponen las armas, en un momento en el que las tropas de AMISOM y el Ejército somalí aseguran haber entrado en el bastión de los radicales, la ciudad portuaria sureña de Kismayo.

Nairobi, 28 sep.- La Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) reiteró hoy la oferta de amnistía a los fundamentalistas islámicos de Al Shabab si deponen las armas, en un momento en el que las tropas de AMISOM y el Ejército somalí aseguran haber entrado en el bastión de los radicales, la ciudad portuaria sureña de Kismayo.

"Instamos a todos los combatientes que queden en Kismayo a deponer sus armas. En las últimas semanas, muchos de ellos han contactado con AMISOM para comunicar su deseo de dejar de combatir y les hemos garantizado seguridad si se rinden pacíficamente a nuestras tropas", indicó AMISOM en un comunicado difundido hoy.

En el texto, el comandante de AMISOM Andrew Gutti hizo "un llamamiento a que toda la gente de Kismayo permanezca en calma" ya que "el objetivo de AMISOM es liberar al pueblo y permitirles que vivan en paz, estabilidad y seguridad".

Con ese fin, Gutti indicó que "hay operaciones en marcha para neutralizar objetivos específicos de Al Shabab en Kismayo".

Asimismo, el texto indicó que "las tropas de AMISOM han entrado con éxito hoy en Kismayo" y que más refuerzos "están de camino" a la ciudad portuaria somalí.

AMISOM y el Ejército de Kenia confirmaron hoy que sus tropas han tomado la ciudad, mientras que Al Shabab desmintió esas declaraciones.

Por su parte, la vecina de Kismayo Najmo Osman Yusuf aseguró a Efe que "hay fuertes enfrentamientos en la ciudad".

"Las tropas kenianas y las somalíes están en la playa. Oigo fuego de morteros en la ciudad. La gente está en sus casas", afirmó Yusuf.

La importancia de la toma del bastión fundamentalista de Kismayo reside en su puerto, que ha generado grandes ingresos para los radicales con las exportaciones de carbón vegetal, entre otros bienes, y que también es punto de entrada de armamento para Al Shabab.

El Parlamento somalí eligió el pasado día 10 a su nuevo presidente para los próximos cuatro años, Hassan Sheikh Mohamud, con lo que se dio por concluido el proceso de transición política en el país africano, y que se inició en 2004 bajo supervisión de la ONU, aunque Somalia se encuentra aún inmersa en un conflicto armado.

En él, las tropas multinacionales de AMISOM, el Ejército somalí, las Fuerzas Armadas etíopes y milicias pro-gubernamentales aliadas, combaten a Al Shabab, que el pasado febrero anunció su unión formal a la red terrorista Al Qaeda y que trata de instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en el país africano.

Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

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