La UE exige a Líbano que no deporte a los refugiados sirios a su país

  • La Unión Europea exige al Gobierno libanés que se atenga a sus obligaciones internacionales y no autorice deportaciones de refugiados sirios a su país porque su vida corre peligro.

Bruselas, 4 ago.- La Unión Europea exige al Gobierno libanés que se atenga a sus obligaciones internacionales y no autorice deportaciones de refugiados sirios a su país porque su vida corre peligro.

"El Líbano debe asegurar que no se produzca ninguna deportación fuera del marco internacional de sus obligaciones", señaló hoy en un comunicado la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien se declaró preocupada por los recientes informes sobre expulsiones de refugiados sirios por parte de las autoridades libanesas.

"Líbano tiene una obligación legal clara de que ninguna persona sea devuelta o extraditada a un país donde podría ser sometida a torturas", recalcó Ashton y añadió que a día de hoy Siria vive una situación donde la vida de los ciudadanos corre peligro en todo el territorio como documentan los distintos informes sobre torturas.

La Alta Representante comunitaria recordó además que la UE está asistiendo a las autoridades libanesas para hacer frente a las restricciones y retos que implica esta situación para el país en relación al Estado de derecho, la protección, la seguridad, y el desarrollo social y económico.

En este contexto, reitera las expectativas de la UE acerca de la responsabilidad del Gobierno libanés de continuar dando protección en línea con el principio de "no devolución".

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó ayer de que el número de ciudadanos sirios que han buscado refugio en el Líbano a causa del conflicto que azota su país ya supera los 35.000.

El Gobierno libanés se ha opuesto en reiteradas ocasiones a la instalación de campos de refugiados sirios en su territorio con el argumento de querer mantenerse alejado del conflicto en el país vecino.

Por esa razón, la mayoría de los desplazados vive en casas de familiares, colegios o viviendas alquiladas en una precaria situación debido a la escasez de ayuda.

Desde el estallido de la revolución, en marzo de 2011, contra el régimen sirio, cerca de 20.000 personas han muerto por la violencia y la represión, según datos difundidos por la ONU.

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