La UE y la OTAN creen que Bosnia comienza a ver la luz al final del túnel

  • La Unión Europea y la OTAN creen que Bosnia-Herzegovina ha comenzado a ver en los últimos meses la luz al final de un largo túnel, tras dar una serie de pasos que parecen mostrar que las dos entidades autónomas que la integran creen en el futuro del país.

Rafael Cañas

Bruselas, 3 abr.- La Unión Europea y la OTAN creen que Bosnia-Herzegovina ha comenzado a ver en los últimos meses la luz al final de un largo túnel, tras dar una serie de pasos que parecen mostrar que las dos entidades autónomas que la integran creen en el futuro del país.

De hecho, el Gobierno de Sarajevo prevé presentar en junio la candidatura al ingreso en la UE, así como avanzar claramente en el proceso de integración en la Alianza Atlántica.

Tras una guerra civil especialmente brutal (1992-95) y unos acuerdos de paz en 1995 que crearon un Estado débil con dos entidades muy autónomas y recelosas (la serbia y la croata-musulmana), Bosnia ha vivido muchos años sin la voluntad clara de muchos de sus integrantes de convivir entre ellos.

Gran parte de la responsabilidad recae sobre los serbios de la República Srpska, que durante largo tiempo han jugado con la posibilidad de un referéndum de autodeterminación; han negado o restado importancia a los crímenes cometidos durante la guerra o han intentado debilitar el Estado central y tratar por su cuenta con Bruselas.

El actual presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, ha sido el símbolo de esa actitud. "Nos ha costado mucho poder tratar con Dodik", reconoce a Efe una destacada fuente diplomática europea.

"Los serbobosnios han estado siempre jugando al límite. Tenían oxígeno de Serbia, donde se escondían los principales responsables de crímenes de la guerra bosnia", añade.

Los croatas de la otra entidad también han tenido frecuentes tentaciones de mirar a la vecina Croacia.

Sin embargo, desde diciembre pasado la elección de un nuevo primer ministro, el croata Vjekoslav Bevanda (un economista con fama de honrado y eficaz), y la aprobación de dos leyes clave sobre la creación de una policía y un Ministerio de Defensa auténticamente unidos (tras muchos años de insistencia desde la UE y la OTAN) han dado un vuelco a la situación.

En Bruselas se achaca este cambio a varios factores exteriores: el ingreso de Croacia en la UE en julio de 2013; la declaración de Serbia como país candidato a la adhesión y la captura en suelo serbio de los últimos grandes criminales de guerra serbobosnios (Radovan Karadzic y Ratko Mladic) han mostrado a las dos entidades que debían avanzar unidas para no quedarse solas en el camino a la integración en Europa.

"De la misma forma que la UE fue muy ineficaz en evitar la guerra o en ponerle fin, ha sido muy eficaz después", resume el diplomático europeo, quien añade que si bien la situación del país no permite celebraciones, "al menos sí es estable".

Los responsables bosnios han visto que, en este escenario regional de cada vez mayores avances hacia la integración en la OTAN y la UE (sólo Macedonia está atascada en el proceso y eso por la disputa con Grecia por la cuestión de su nombre), o se ponían de acuerdo entre ellos o el país sería el último de la fila europea.

Bevanda y el actual presidente de la presidencia colegiada bosnia, Bakir Izetbegovic, han viajado por separado a Bruselas durante marzo para explicar los avances a los principales responsables de la Unión Europea.

La UE siempre ha tratado a Bosnia-Herzegovina como un país, de forma que sin una relación de cooperación entre sus partes "no íbamos a trabajar con ellos", recuerda una fuente de la Comisión Europea relacionada con los procesos de ampliación comunitaria.

Mientras tanto, la OTAN cree que la ley sobre el Ministerio de Defensa "es un paso importante" que permitirá aplicar el programa de acción para la integración (MAP, un proceso previo al ingreso).

De esa forma, Bosnia podría recibir en un plazo relativamente breve la invitación para ingresar en la organización, si bien no parece que la cumbre que la Alianza celebrará en Chicago el 20 y 21 de mayo llegará a tiempo de esa decisión.

Bosnia afronta aún graves problemas internos: las heridas de la horrible guerra civil no se han cerrado del todo, mientras que el desempleo bordea el 45 %, y hay altos niveles de corrupción y clientelismo político, pero al menos se percibe una nueva voluntad inexistente en los últimos veinte años.

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