La Universidad Popular de Pekín nombra "honoris causa" al presidente Solís

  • El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, fue investido hoy doctor "honoris causa" por la Universidad Popular de Pekín, una de las más prestigiosas de China, en el primer acto oficial de su visita al país asiático.

Pekín, 6 ene.- El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, fue investido hoy doctor "honoris causa" por la Universidad Popular de Pekín, una de las más prestigiosas de China, en el primer acto oficial de su visita al país asiático.

Solís, profesor universitario con más de tres décadas de experiencia académica en campos como la Historia o las Ciencias Políticas, recibió un título que raramente es concedido por los centros chinos de enseñanza superior a jefes de Estado o Gobierno de otros países.

"Acepto este título, aunque no lo merezca, como símbolo de unos valores que existen en China y América Latina, no sólo en Costa Rica", destacó Solís, tocado con gorra y birrete de color negro y amarillo, el color "imperial" de la cultura china.

Tras la concesión del doctorado, de manos del rector de la universidad, Chen Yulu, el presidente costarricense, de 56 años, aseguró que se siente más académico que jefe de Estado, una responsabilidad "que el pueblo me ha otorgado pero sólo brevemente, por cuatro años", tras los cuales espera regresar a la cátedra.

Añadió que "ser profesor y presidente a veces son profesiones muy similares, porque ambas nos fuerzan a tomar decisiones en las que debemos ser justos y correctos".

Solís también asistió a la inauguración en el campus universitario de su primer Centro de Estudios Latinoamericanos, en el que ya trabajan estudiantes de América Latina que residen en la capital china para fomentar los intercambios culturales y académicos entre esa región y el gigante asiático.

Latinoamérica fue además el tema principal de la conferencia magistral que Solís pronunció tras la concesión del doctorado "honoris causa", un discurso que giró sobre la idea de que la región es una compleja combinación de unidad y diversidad, en la que las fuerzas de autonomía e integración a veces se entrelazan.

"No hay una sino muchas Latinoaméricas, diversas en lo ecológico, lo antropológico, lo cultural, lo político, lo religioso, lo institucional o lo económico", destacó Solís, quien sí defendió en cambio la existencia de un "espíritu latinoamericano" que a veces se expresa en forma de música, arte y otras muestras culturales.

También aseguró que en Latinoamérica existe una aspiración permanente hacia cierta unificación, una meta que, a diferencia de lo ocurrido en la Unión Europea (UE), no se ha conseguido "por incapacidad de nuestros países de encontrar motores regionales de integración".

Los militarismos, la pobreza o el ascenso del poder hegemónico estadounidense también fueron obstáculos a esa integración, según el discurso del presidente de Costa Rica, quien señaló que "Latinoamérica debe buscar la unidad a través de su diversidad".

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