Las ciudades asediadas de Siria esperan la entrada de ayuda humanitaria

  • Decenas de camiones cargados de comida y medicamentos se disponían a entrar este miércoles en varias localidades asediadas de Siria, donde cientos de miles de personas sobreviven en condiciones dramáticas.

Trenta y cinco camiones se encontraban en un retén a la entrada de Muadamiyat al Sham, una ciudad en manos rebeldes cerca de Damasco y asediada por el régimen, constató una periodista de la AFP.

Según un responsable de la Media Luna Roja, Muhanad al Asadi, "100 camiones cargados de comida, harina y medicamentos" debían partir este miércoles desde Damasco "hacia las zonas asediadas".

Otros 18 vehículos tomaron el camino de Fua y Kafraya, dos pueblos chiitas de la provincia de Idleb (noroeste), asediados por los rebeldes.

Y otros 50 camiones debían llegar a Madaya y Zabadani, también cerca de Damasco y sitiadas por el ejército regular.

En Madaya, donde numerosos habitantes murieron de inanición, entró ya una clínica móvil, según la Media Luna Roja.

Casi medio millón de personas se encuentran en zonas asediadas, y 4,6 millones en áreas de difícil acceso, según la Oficina de Naciones Unidas para la Ayuda Humanitaria (OCHA).

El emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, había anunciado el martes en Damasco el envío de estos camiones, afirmando que el gobierno tiene el "deber" de permitir a la ONU la entrega de ayuda a las poblaciones civiles.

Destruida por casi cinco años de conflicto, Siria afronta una crisis humanitaria de una gravedad extrema, con más de la mitad de sus 23 millones de habitantes desplazados.

El sur del país, cercano a Jordania, tampoco se está viendo a salvo. La ONU estima en 70.000 los desplazados, de los que 50.000 se han visto sin techo en pleno invierno, tras intensificarse en los tres últimos meses los bombardeos y ataques aéreos.

Este miércoles, la canciller alemana, Angela Merkel, estimó que la situación humanitaria es "insoportable", e insistió en su propuesta de crear una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles.

En el terreno, Turquía, que acusa a las milicias armadas kurdas de ser "terroristas", bombardeó desde el sábado sus posiciones al norte de Alepo, la gran ciudad del norte de Siria.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que su país no aceptará nunca la creación de un bastión kurdo al sur de su frontera con Siria, por lo que "no tenemos ninguna intención de cesar" los bombardeos contra las milicias kurdas sirias.

Poco antes, el viceprimer ministro turco, Yalçin Akdogan, indicó que Turquía mantiene su proyecto de una "zona de seguridad" en las regiones sirias fronterizas, incluyendo la ciudad de Azaz, donde está bombardeando para impedir que las fuerzas kurdas la tomen.

En los últimos días, la artillería turca ha disparado contra las posiciones de las milicias kurdas, que han aprovechado la ofensiva del régimen en la provincia de Alepo para avanzar hasta las inmediaciones de Azaz, a menos de 10 km de la frontera.

Por su lado, la aviación rusa efectuó nuevos bombardeos al norte de Alepo, para ayudar al ejército regular sirio a tomar las dos localidades rebeldes de Anadan y Haytan, lo que supondría un corte total entre la ciudad de Alepo y Turquía.

Por su lado, Médicos Sin Fronteras indicó que 25 personas murieron en el bombardeo efectuado el lunes contra un hospital al que ayudaba en la provincia de Idleb (noroeste).

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) atribuyó el bombardeo a aviones rusos. Rusia por su lado desmintió haber atacado ningún hospital.

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