Las explicaciones de EEUU a su silencio ante CIDH decepcionan y no convencen

  • Las razones expuestas por EE.UU. para explicar su silencio ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) esta semana decepcionaron y no convencieron, al alegar que el cierre parcial de la Administración no permitió a su delegación preparar sus argumentaciones.

Raquel Godos

Washington, 1 nov.- Las razones expuestas por EE.UU. para explicar su silencio ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) esta semana decepcionaron y no convencieron, al alegar que el cierre parcial de la Administración no permitió a su delegación preparar sus argumentaciones.

Estados Unidos arrancó este lunes las jornadas de la CIDH como protagonista con una audiencia relativa al cierre del penal de la Base Naval de Guantánamo (Cuba), la única, además, solicitada a petición de la propia comisión. Sin embargo, se limitó a escuchar.

La Administración Obama, representada por Lawrence Gumbinere, argumentó sin excepción en todas las audiencias a las que fue convocada que debido a la paralización parcial que sufrió la Administración la primera quincena de octubre, no había podido preparar apropiadamente sus alegaciones, por lo que se remitieron a su derecho de contestar por escrito en el próximo mes.

"Es decepcionante. Me parece que es injustificado decir que no pueden responder por el cierre administrativo del gobierno durante dos semanas. Este caso lleva una década. Desde el año 2004 estamos pidiendo visitas sin condiciones a los prisioneros", explicó a la salida de la audiencia sobre la prisión el Relator de Naciones Unidas para la Tortura, Juan Méndez.

Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, consideró que las explicaciones de Estados Unidos "no son convincentes" y que la preocupación consecuente de la Comisión es lógica.

"La Comisión está legítimamente preocupada por una serie de cuestiones que afectan al Gobierno de los EE.UU. La explicación del gobierno de EE.UU. por no estar preparado para responder a las preocupaciones de la Comisión no es convincente", explicó Shifter a Efe.

"Es difícil culpar al cierre del Gobierno de la falta de respuestas adecuadas. Las preguntas que surgen son relativas a Guantánamo, la inmigración y la pena de muerte, temas que han estado presentes desde hace tiempo, y las audiencias se habían programado con meses de antelación", añadió Shifter.

Tanto los comisionados Felipe González como Rose-Marie Antoine lamentaron la postura estadounidense e instaron a la delegación a responder del mejor modo posible a sus inquietudes en su documentación escrita.

El Gobierno estadounidense ya había intentado evadir su comparecencia, cuando hace unas semanas solicitó por escrito que se retrasaran las audiencias a las que estaba convocado al próximo periodo de sesiones, alegando de nuevo el conocido "shutdown".

Sin embargo, según explicó el secretario ejecutivo del organismo, el mexicano Emilio Álvarez Icaza, la CIDH solo admite a trámite retrasos de esa índole cuando el país en cuestión ha sufrido una catástrofe natural, "y este no es el caso y no va a ser una excepción".

En declaraciones a Efe, Icaza valoró "al menos el mensaje institucional" de Estados Unidos de atender las audiencias, pero, según dijo, "hubiera sido mucho más útil aprovechar en sus términos todo lo que ahí se expuso y no que se comprometiera a responder en 30 días".

"Ahí sí hubo una sensación de decepción. En el sentido de 'qué bueno que atiendan, qué bueno que respondan', pero la mayor utilidad es generar un diálogo constructivo", añadió el secretario ejecutivo.

La segunda de las audiencias convocadas por la Comisión fue la relativa a las revelaciones de los programas de vigilancia por Edward Snowden, uno de los temas más controvertidos y delicados en los que está envuelta la Administración Obama.

"Las controversias relativas a las acusaciones de EE.UU. sobre vigilancia son más recientes, y han tocado un nervio comprensiblemente real en América Latina. Los diplomáticos estadounidenses aún tienen que llegar a una posición razonable y la respuesta sobre esta cuestión. Eso, más que cualquier otra cosa, probablemente explique la demora", consideró.

Estados Unidos, como Canadá, y recientemente Venezuela, ha firmado, pero no ratificado, la Convención Americana de Derechos Humanos, que regula el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, formado por la CIDH y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).

De esta manera, el país se escapa de las resoluciones y la jurisdicción de la CorteIDH, pero no de la comisión, dado que ésta tiene su fundamento en la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que Estados Unidos forma parte.

Solamente Colombia, con cinco audiencias, estaba por encima de Estados Unidos en el número de convocatorias de la Comisión, junto a Venezuela y México, que sumaban cuatro.

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