Las flexiones, una pesadilla también para las mujeres marines de EEUU

  • Si odiabas las flexiones en el colegio y revives esa pesadilla de adulta en el gimnasio, tranquila, no eres la única: las mujeres marines de EEUU también tienen dificultades para hacer más de tres seguidas, el mínimo establecido en las nuevas pruebas físicas para poder ir a combate por primera vez.

Cristina García Casado

Washington, 3 ene.- Si odiabas las flexiones en el colegio y revives esa pesadilla de adulta en el gimnasio, tranquila, no eres la única: las mujeres marines de EEUU también tienen dificultades para hacer más de tres seguidas, el mínimo establecido en las nuevas pruebas físicas para poder ir a combate por primera vez.

Completar tres flexiones de brazos consecutivas en barra fija, levantando la mandíbula por encima y sin apoyarla, es uno de los requisitos mínimos del nuevo examen físico de los marines de EEUU, cuya entrada en vigor ha quedado postergada hasta nuevo aviso tras comprobar que más de la mitad de las oficiales no pueden superarlo.

Este aplazamiento ha reabierto el debate en las Fuerzas Armadas sobre si la mujer tiene la fuerza física necesaria para ocupar determinados puestos, precisamente cuando está previsto que miles de mujeres marines vayan por primera vez a combate en 2016.

Así, las flexiones, que nunca se han llevado bien con la mujer, aparecen también como un obstáculo en el camino de muchas oficiales que en los próximos años están llamadas a acceder a trabajos que hasta ahora se les han negado, como las unidades de infantería y artillería.

Por el momento, las marines que no logren hacer tres flexiones seguidas pueden acreditar su fuerza en la parte superior del cuerpo con una versión más liviana: aguantar un mínimo de 15 segundos colgadas en la barra con los brazos flexionados, la mandíbula por encima y sin apoyarla.

El cuerpo de Marines insiste, no obstante, en que sólo las flexiones completas en la barra preparan de manera suficiente a un oficial para las tareas que tendrá que desarrollar una vez en el campo de combate, como cargar con artillería pesada.

El mínimo de flexiones completas es igual para los hombres que para las mujeres, puesto que la razón de ser del nuevo examen físico de los marines es precisamente igualar los criterios entre los dos sexos para integrar a las oficiales en los puestos de combate.

La razón por la que las mujeres tienen más dificultades que los hombres para hacer flexiones con los brazos no es sólo que estos tienen más fuerza en la parte superior del cuerpo, sino también que tradicionalmente este duro ejercicio no se ha considerado un entrenamiento propio de mujeres.

Las mujeres, que desde el colegio están acostumbradas a evitar o aligerar las temidas flexiones, prefieren entrenar las extremidades inferiores del cuerpo cuando, ya de mayores, pueden elegir sus rutinas en el gimnasio.

Esto se debe, primero, porque es en las piernas y en las caderas donde la mujer tiende a acumular más grasa y, segundo, porque unos brazos excesivamente musculosos no tienen cabida en los paradigmas de belleza femenina actuales.

Esta tendencia de comportamiento ha alejado durante años a las mujeres de las flexiones, tanto en barra como en el suelo, convirtiéndolas en una auténtica pesadilla.

A esto se suma que los hombres tienen una ventaja en su propia naturaleza para hacer flexiones con más facilidad: la testosterona les dota de más masa muscular, mientras que las mujeres suelen tener más grasa.

Ante estas evidencias, los Marines deberán decidir en los próximos meses si mantienen las tres flexiones completas como requisito definitivo en la nueva prueba física, aún a riesgo de perder por el camino a mujeres oficiales que desean servir por primera vez en combate.

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