Las razones de Rajoy para insistir en la (desgastada) 'estrategia del miedo'

    • Con parte de Génova en desacuerdo, el presidente apela a una fórmula de la que el partido no saca réditos.
    • Radicalizar al PSOE y ocupar la "centralidad" y exprimir la indefinición de Podemos es el objetivo.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha insistido hoy en un posible acuerdo entre el PSOE y Podemos para llegar al gobierno, un pacto ante el que Rajoy, según ha afirmado, no tiene "la más mínima duda". Es un mantra que el PP va a repetir (ya lo hace en todas las tertulias de televisión convertidas ahora en el mejor mitin imaginable) hasta la saciedad de aquí a las elecciones generales. La 'pinza' del PSOE y Podemos es una realidad, es el lema. Votar al PSOE es votar a Podemos. Después de los pactos de las elecciones autonómicas el PP tiene base para esta batalla. Éstas son las claves que pueden justificarla:

El PP ve casi imposible que el próximo presidente lo sea sin pactos y los electores aprueban un acuerdo PSOE-Podemos

La aseveración de Rajoy, realizada este miércoles en un encuentro con los medios de comunicación en la localidad gallega de Celanova, deriva, en primer lugar, en la conclusión de que el jefe del Ejecutivo da por perdida ya una mayoría suficiente para lograr el Gobierno sin pactos, habida cuenta de que, según las encuestas, el PP, pese a ganar las elecciones, no lograría la mayoría suficiente para desbancar a una posible coalición de izquierdas. Más allá podría afirmarse incluso que Rajoy da por perdido el Gobierno. El hipotético apoyo de Ciudadanos a los 'populares' tras las generales es aún muy impreciso.

Los votantes no ven mal un gobierno a varias bandas, como así demuestran las encuestas. El mismo CIS lo confirmaba a principios de este mes y añadía que la opción preferida de los electores sería, en caso de que ningún partido consiguiese mayoría absoluta, un gobierno de coalición formado por PSOE y Podemos. Este pacto de gobierno es la primera opción para el 21'1% de los ciudadanos, muy por encima de la segunda, con el 11'6% que apuestan por un PP gobernando en minoría. Ciudadanos no aparece hasta tercer lugar, con el partido de Rivera haciendo 'bisagra' con el PSOE (10'9%).

Ambos partidos, 'socios' ya en varias ciudades y comunidades tras en 24-M-a excepción de Andalucía, donde es Ciudadanos el que respalda al os socialistas- han comenzado un proceso de progresivo trasvase entre votantes. Así lo sugieren también las encuestas, en las que se aprecia cómo el PSOE va asumiendo electores que en su día manifestaron la intención de votar por el partido emergente. La razón podría encontrarse en el proceso de 'mimetización' de Podemos con la izquierda más socialdemócrata. La formación de Iglesias, aún en proceso de elaboración de programa, prescindió hace tiempo de algunos de sus planteamientos originarios. Medidas con las que irrumpió como sorpresa en las pasadas europeas y que le granjearon críticas y desconfianzas-renta básica universal, nacionalización de sectores estratégicos. Ante la copia, un partido sin estructura clara y con notables ambigüedades e indefiniciones de discurso, los votantes parecen preferir ahora al original. El PSOE de Sánchez.

La estrategia del miedo a Podemos: una táctica para que los fieles del PP vuelvan

La 'estrategia del miedo' de Rajoy tiene un primer destino claro. El PP quiere recuperar a sus propios votantes, esos que se han cansado de la falta de valores del partido, que están hartos de la corrupción y que creen que las políticas populares son contrarias a su ideología (impuestos, abortos, liberalizaciones, regeneración…). El miedo a que gobierne Podemos puede resultar mayor que esa evidente indignación que los ha hecho quedarse en casa en las últimas convocatorias electorales. La pinza la temen más los que tienen algo que perder que los que ven que su situación no puede empeorar más. Para estos últimos cualquier cambio será mejor que lo que hay, pero a ellos no va dirigido este mensaje.

Sin embargo, la táctica-ensayada ya con insistencia durante la campaña del 24-M y sin réditos electorales contundentes para los populares, recibe críticas desde fuera y dentro. Parte de Génova insta al presidente del Gobierno a no enrocarse en la fórmula y a salir con propuestas constructivas. Así lo remarcan también los expertos, que consideran que la estrategia está desgastada y, en cualquier caso, no resultaría suficiente al PP para ganar las próximas elecciones generales. El partido debería, opinan, convencer a los ciudadanos de que son capaces de garantizar la recuperación económica y lanzar un mensaje en positivo.

En ello coincidieron, hace unas semanas, tres sociólogos reunidos por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), Narciso Michavila, José Juan Toharia y José Félix Tezanos, para quienes apelar al 'voto del miedo' ante un posible pacto entre el PSOE y Podemos no sólo no resultará suficiente para los populares sino que resulta un camino poco inteligente.

El PSOE recupera voto joven y es visto como de centro izquierda: hay que radicalizarlo

El Gobierno ha intensificado en los últimos días la ofensiva para volver a situar a los socialistas en el extremo de la izquierda, y 'resituar' a Podemos en su segmento original.

El PSOE ha ido ganando enteros en simpatía y está logrando aumentar su intención de voto entre los menores de 45 años y en especial entre los más jóvenes. En el segmento de 18 a 24 años supera ya, según las encuestas, incluso a Podemos. Y ello no resulta baladí.
El PP quiere que cale en la sociedad la idea de que el PSOE se está radicalizando y así acaparar el voto de centro, el que da las victorias. Los socialistas tratan de rebatir este discurso. Con señales evidentes, como la bandera española de la que se hizo acompañar Pedro Sánchez en su 'puesta de largo' como candidato del PSOE a la presidencia. Y con declaraciones de sus dirigentes. "No tiene cara de radical", respondía este mismo miércoles la portavoz del Comité Electoral del PSOE, María González Veracruz.

La mayoría de votantes sitúan en el 4 (siendo el 1 la izquierda más extrema y el 10 la derecha más extrema), el lugar ideológico del PSOE.

Podemos, un partido espejo a Syriza

La formación de Iglesias ha sufrido en los últimos meses varios vaivenes que lo colocan ahora en una aparente situación de debilidad. Entre las razones hay cuestiones internas, como las crecientes tensiones por las maneras de la dirección- agravadas en los sucesivos reglamentos de primarias- o las críticas por su indefinición programática.

Pero también externas. La decepción se ha agravado viendo a Tsipras en el espejo: prometió lo mismo que Pablo Iglesias, acabar con la austeridad, acabar con la troika, cambiar las formas de enfrentarse a la crisis. Al final ha tenido que ceder. Por eso Guindos dice que el populismo hace daño y crea espejismos al hablar en el Congreso del rescate griego y señala a Tsipras (apuntando a Podemos) como responsable de que este tercero haya sido más costoso que nunca.

Los paralelismos entre ambos partidos son evidentes para los votantes. Y ello lo trata de exprimir Rajoy antes de que la crisis griega pase al olvido. De aquí a noviembre los electores tendrán otras prioridades para considerar en la urna, más allá de Atenas.

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