Las razones que dificultan el "condenados a entenderse" de Mas y la CUP

    • Coinciden en un fin, una Cataluña independiente, pero por el camino no ocultan sus diferencias.
    • Llave para Mas, las CUP no lo quieren en cambio como 'president'.
David Fernández (CUP) conversa con Artur Mas, en el Parlament.
David Fernández (CUP) conversa con Artur Mas, en el Parlament.

Como avanzaban los sondeos, las CUP se han convertido en el imprescindible aliado para Mas. Aunque unidos en un objetivo, la independencia de Cataluña, son muchas en cambio las cosas que los separan. Para empezar, la forma de declararla.

Las relaciones entre ambos ha sido tortuosa y las dificultades se avanzan también ahora que la plataforma liderada por el periodista Antonio Baños completará con toda probabilidad la aritmética a Mas. Aunque en campaña se había mostrado ya dispuestos a implicarse en una mayoría si así se les requería, también declinaron participar en un Gobierno de concentración. "No pondremos condiciones imposibles", dijo Baños, en agosto. Las diferencias expresadas por ambos, en cambio, pueden serlo ya por sí mismas. Lista unitaria, lista sin políticos

La misma participación en las elecciones fue un problema. "Una lista que tenga como único objetivo contar votos en favor de la independencia y convocar elecciones constituyentes", afirmaban desde la plataforma. Una lista civil, sin partidos y sin gobiernos de concentración, era el ofrecimiento, luego frustrado, a Mas. "La clave de un 27-S plebiscitario no radica en una lista compartida entre partidos, ni entre partidos y sociedad civil", explicaba el diputado Quim Arrufat. "La CUP no es unitarista, sino independentista".

La propuesta era tajante: unos comicios "en clave de ruptura democrática, sin partidos, que cediesen el protagonismo a la gente para contar limpiamente el apoyo del sí y hacer seguidamente unas elecciones constituyentes". El president encaró con malestar el verse obligado a suspender, en julio, una cumbre entre ERC y la plataforma para analizar la candidatura al 27-S. Desde la CUP excusaron una asamblea en Castellón, aunque la ausencia atendía en realidad a la negativa a participar en "cumbres espectáculo". El desplante fue un golpe para el president.

Las diferencias se volvieron palpables en los últimos meses. Incluso en referencia a la celebración, el pasado viernes, de la Diada. La número cuatro de la candidatura independentista, Gabriela Serra, criticó a Junts Pel Sí por "intentarse apropiar del sentimiento y de la expresión política que representa la manifestación". "Quien tenga la osadía de decir que se puede apropiar del sentimiento y de la expresión política que representa queda directamente desautorizado", cargó Serra.Apoyo a la lista, pero no a Mas

Es otro, o quizás, el mayor punto de discrepancia. "Evidentemente, el nombre de Mas no es un nombre que nos guste como president", advirtió ya el pasado mes de agosto el número uno de la candidatura, Antonio Baños.

Desde la CUP consideran que facilitar la investidura del actual president supondría faltar al respeto a sus votantes. "No hemos venido a salvar a Convergència", advirtió recientemente el exdiputado David Fernández.

La cuestión, no obstante, genera una amplia división entre los independentistas, algunos más partidarios de 'moderarse' en aras de provocar cuanto antes la ruptura con el resto del Estado. No se descartan otras posibilidades: exigir la investidura de Raül Rovema, el cabeza de lista de Junts pel Sí, y que, de hecho, se postuló en su momento como president. O bien facilitar con la abstención que Mas sea investido en segunda vuelta, en la que sólo necesitará una mayoría simple. Este último extremo, no obstante, no parece probable.Independencia en 18 meses, independencia ya

Para la candidatura de Junts pel Sí, la independencia sigue una 'hoja de ruta' de año y medio de duración, plazo en el cual tendría lugar la apertura de un proceso constituyente, la progresiva desconexión del Estado y la creación de instituciones propias. Para la CUP, la declaración unilateral debería darse, en cambio, ya el primer día.

"No traicionaremos el proceso original", insisten. Consideran que 'Junts pel Sí' no representa la independencia "de verdad" y rechazan la idea de "repetir un estado español en pequeño en Cataluña", como hace unos días expresó la número cuatro de la candidatura independentista, Gabriela Serra.

El plan de la CUP pasa por impulsar un "Gobierno de ruptura nacional, social y democrática" y la proclamación de la declaración unilateral de independencia como primera acción del nuevo Parlament.

A las diferencias sobre la forma de lograr el objetivo se añaden también las de cómo iniciarlo. Desde la CUP defienden que la independencia habría de venir determinada por los votos, y no por los escaños, considerando como suficiente un porcentaje del 50'01% e "imparable" uno del 55%.

Mas, en cambio, considera legitimado el proceso hacia la secesión si gana por escaños, porque la victoria en votos implica un referéndum "puro", con respuesta de sí o no. El convergente considera que hay partidos que están a favor del derecho a decidir y que en un referéndum votarían sí a la independencia, pero en unas elecciones al Parlement, no.Cuestión nacional frente a urgencia social

Mucho más extremo, en el caso de la CUP, la plataforma contempla un programa de emergencia social netamente de izquierdas y considera descafeinadas las propuestas de Mas. Sus parlamentarios han sido abiertamente críticos con los recortes del Govern, especialmente en materia sanitaria, donde han afeado la falta de recursos presupuestarios, pero también de transparencia y control. En varias ocasiones han arremetido contra lo que consideran un "sistema de salud feudal" que genera altas desigualdades.

La candidatura fue ya muy combativa contra Mas en las pasadas elecciones del 24-M, a las que se presentó como alternativa a la austeridad y las 'tijeras' del president. En su programa destacan las medidas de urgencia para combatir la pobreza energética, una moratoria de desahucios y consultas populares sobre cuestiones clave.

Otro caballo de batalla es la corrupción. Fernández amenazó con dimitir como presidente de la comisión de investigación del caso Pujol acusando a CIU y PSC de taparse mutuamente. "Es un insulto al país", advirtió, tras el veto a varias comparecencias y los intentos de los convergentes de diluir la comisión."Europa es el saturno que devora a sus hijos"

"Quien propone directamente salir de la UE soy yo", afirmó el candidato número 3 de la CUP por Barcelona, Josep Manuel Busqueta. "No somos antieuropeístas, somos los más europeístas de todos, Europa se ha convertido en el Saturno que devora a sus hijos".

Partidarios de una salida de la UE sin ambajes, el asunto genera diferencias a priori insalvables con la candidatura de Mas. De hecho, la CUP ya renunció a presentarse a las elecciones europeas para "evidenciar que ve la UE como un espacio antidemocrático que impone la privatización de servicios públicos y los intereses del capital de los Estados".

Por el contrario, los miembros de 'Junts pel Sí' insisten en la permanencia. Es más, utilizan la escena internacional también como factor para el reconocimiento. Aumentar la presencia en el exterior, multiplicando sus oficinas en los distintos países, es uno de los objetivos del programa de Mas, quien ha insistido en que la Cataluña independiente ha de seguir permaneciendo en la Unión Europea. Sólo en los últimos días, el 'president' ha reconocido en cambio que el riesgo de exclusión existe. "Para que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE los países tendrán que ratificarla. El Estado español nunca lo hará y si eso pasa tendremos un problema", reconocía este domingo, en una entrevista en La Sexta.Rivales por el voto independentista

El hecho de que CDC se haya lanzado a la conquista de su bolsa de voto tradicional es otra de las cuestiones que desagradan en el seno de la CUP. La plataforma independentista presume, no obstante, de una alta fidelidad de voto y, según las encuestas, recibe también un considerable porcentaje de voto desencantado de ERC e ICV-EUiA.

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