Liao Yiwu pide "desmembrar" el "imperio" chino para que cese la represión

  • El escritor chino Liao Yiwu, conocido como el poeta de la masacre de Tiannamen, pidió hoy "desmembrar" el "imperio" chino para que cese la represión, al recibir el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, colofón de la Feria del Libro de Fráncfort.

Rodrigo Zuleta

Fráncfort (Alemania), 14 oct.- El escritor chino Liao Yiwu, conocido como el poeta de la masacre de Tiannamen, pidió hoy "desmembrar" el "imperio" chino para que cese la represión, al recibir el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, colofón de la Feria del Libro de Fráncfort.

Liao fue incluso más allá y no solo pidió el fin de la gran China -repitiendo como un mantra las palabras "este imperio tiene que desmembrarse"- sino que incluso lo predijo porque, dijo, "un país que masacra a sus niños tiene que acabarse".

El poeta y narrador chino empezó su discurso de recepción del premio evocando la muerte de Lu Peng, un niño de nueve años que fue el más joven de las víctimas de la masacre de Tiannamen el 4 de junio de 1989.

"En mi libro 'La bala y el opio', Lu Peng encabeza la lista de los 202 muertos de Tiannamen. Tendrá siempre nueve años y quiero que nunca se olvide", dijo Liao.

Sin embargo, agregó que hoy estuvo en Fráncfort para "dar la noticia de otra muerte, la del gran imperio chino. Un país que masacra a sus niños tiene que desmembrarse, eso es algo -recordó- que corresponde a la tradición china".

Según Liao, para cubrir sus necesidades fundamentales los humanos no necesitan grandes imperios sino que, por el contrario, "cuanto más pequeño sea un estado más fácil es gobernarlo".

Eso corresponde a una utopía postulada por el filósofo chino Laotse que soñaba con un estado pequeño con pocos habitantes y a quien Liao define como alguien que hace apología del separatismo.

"Si el país no fuera más grande que una aldea, sus habitantes podrían elegir un presidente sin problemas, beber juntos, orinar juntos o discutir juntos sobre política", dijo Liao.

Originalmente, continuó Liao, China estaba conformada por muchos pequeños estados y, aunque aquella época no estuvo exenta de conflictos, "hay consenso entre los historiadores que fue un tiempo incomparablemente glorioso, con florecimiento político, económico y cultural".

"Nunca volvió a haber como entonces tal libertad de pensamiento, los debates en la ciencia y en el arte pululaban", dijo Liao.

La creación del imperio chino fue algo violento y el primer unificador, Qin Shiguan, dijo Liao, además de iniciar innumerables guerras, "apestará por toda la eternidad por dos de sus grandes obras: la construcción de la muralla china y la quema de libros, que estuvo acompañada del asesinato de los sabios".

"La construcción de la muralla debía aislar al pueblo del exterior y convertir a China en una cárcel", dijo Liao.

"La quema de libros y el asesinato de sabios debía aislar al pueblo de sus tradiciones", agregó.

Quin es visto por Liao como una especie de antecesor remoto de Mao, quien lo superaría en crueldad al repetir el intento de aislar al pueblo de sus tradiciones a través de la llamada Revolución Cultural que causó entre 20 y 40 millones de muertos.

"El Gran Timonel aseguraba a la gente que ni siquiera las grandes catástrofes eran tan graves como la división del pueblo, del partido y de la nación", dijo Liao..

"No eran muy distintos los discursos de Stalin, Hitler, Ceaucescu, Kim Jong, Sadamm Hussein o Gadafi. Retórica de tiranos. Un imperio unido y unidad territorial, esa suele ser la carta de las dictaduras. ¿Cuántos crímenes se han cometido en nombre de esos ideales?", agregó.

La tradición de la violencia para mantener el poder continuó en 1989 con la masacre de Tiannamen. Liao, un día antes, la había anticipado en su poema "Masacre", que empezó a circular y terminó llevándolo a la cárcel.

Otro poeta, Liu Shahe, que también había estado preso en 1957,le advirtió a Liao que las heridas que deja el paso por la cárcel no se curan nunca. "Dejamos de ser poetas para convertirnos en testigos de la historia", dijo

El régimen actual, según Liao, utiliza otro recurso que es tergiversar la tradición y convertir por ejemplo a Confucio en una especie de pensador oficial cuando, según él, debía ser visto como un representante de los perseguidos políticos.

Al final de su discurso, Liao cantó una canción, que él mismo escribió para las madres que perdieron a sus hijos en la masacre de Tiannamen. En la Paulskirche hubo lágrimas.

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