Los griegos acuden a votar bajo la presión del debate euro sí o euro no

  • Casi 10 millones de griegos están llamados hoy a votar en las segundas elecciones generales en seis semanas y que se plantean como un referéndum entre cumplir o no los compromisos de austeridad contraídos con la Unión Europea a cambio de ayuda financiera que evite la bancarrota del país.

Atenas, 17 jun.- Casi 10 millones de griegos están llamados hoy a votar en las segundas elecciones generales en seis semanas y que se plantean como un referéndum entre cumplir o no los compromisos de austeridad contraídos con la Unión Europea a cambio de ayuda financiera que evite la bancarrota del país.

Desde las 04.00 GMT, 20.000 colegios electorales están abiertos hoy durante 12 horas para recoger el voto del que saldrá el Parlamento de 300 miembros.

La trascendencia de estas elecciones es resumida por titulares como el que domina hoy la portada del diario "To Vima", tradicionalmente alineado con los socialdemócratas.

"Urnas de la salvación: los griegos votan con la vista puesta en el riesgo de una salida del euro. Los europeos temen, los banqueros se preparan", dice el diario.

"Aguantando la respiración", encabeza el conservador "Kathimerini", que en su editorial pide un gobierno de salvación nacional y que todos los partidos colaboren para sacar al país del atolladero.

La grave crisis financiera griega estalló en octubre de 2009 al conocerse que las cifras de déficit real eran más del doble del 6 % reconocido por el entonces Gobierno del partido conservador Nueva Democracia (ND).

El desplome hasta el nivel de bono basura de la calificación crediticia de la deuda griega, un dato de déficit del 113 % del PIB en enero de 2010 y la presión de los mercados obligó al Ejecutivo socialdemócrata del Pasok, que sustituyó al de ND, a anunciar medidas de ahorro.

El 2 de mayo de ese año, la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobaron un préstamo a Grecia de 110.000 millones de euros para el periodo 2010-2012, un anuncio al que siguió la primera huelga general de una larga serie de protestas, paros y manifestaciones que se han sucedido en el país durante los últimos dos años.

El pasado octubre, se pactó un nuevo rescate y el entonces primer ministro, Yorgos Papandréu, propuso que los griegos decidieran su aplicación mediante un referéndum, una idea que hizo que la UE bloqueara el flujo de ayuda a Atenas y que acabó provocando la caída del Gobierno en noviembre.

Un nuevo Ejecutivo respaldado por socialistas y conservadores, y dirigido por el exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) Lukás Papadimos, tomó el timón y el Parlamento aprobó en febrero de 2012 un duro plan de austeridad.

El pasado 6 de mayo, los griegos castigaron en las urnas al Pasok y a ND, y situaron al partido izquierdista Syriza como segunda fuerza del país.

Tras una semana de negociaciones para formar una coalición con mayoría absoluta, se hizo patente la imposibilidad de un acuerdo y se anunció la formación de un Gobierno interino hasta que se celebraran nuevos comicios.

En las elecciones que se celebran hoy, Nueva Democracia, partidario de renegociar el acuerdo de austeridad, y Syriza, que quiere cancelarlo, son las fuerzas con más opciones para ganar y, de hecho, muchos sondeos anuncian un empate técnico entre ambas formaciones.

El que quede primero, aunque sea por escaso margen, recibirá un contingente extra de 50 diputados, como estipula la ley griega, que puede ser determinante para decidir qué partido liderará la coalición de Gobierno, ante la evidencia de que ninguno dispondrá de mayoría absoluta.

Nueva Democracia ha advertido durante la campaña de que un triunfo de Syriza acabará sacando a Grecia del euro, mientras que los izquierdistas han denunciado el mensaje del miedo y recordado que fueron los grandes partidos tradicionales, Pasok y ND, los que metieron al país en la crisis.

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