Los liberales alemanes aplazan su decisión sobre la sucesión de Westerwelle

  • Berlín.- La cúpula del Partido Liberal alemán (FDP), socio minoritario de la actual coalición de gobierno, aplazó hoy la decisión sobre la sucesión del jefe de la agrupación, el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, quien dejará su cargo tras los malos resultados electorales en Renania-Palatinado y Baden-Württemberg.

Los liberales alemanes aplazan su decisión sobre la sucesión de Westerwelle
Los liberales alemanes aplazan su decisión sobre la sucesión de Westerwelle

Berlín.- La cúpula del Partido Liberal alemán (FDP), socio minoritario de la actual coalición de gobierno, aplazó hoy la decisión sobre la sucesión del jefe de la agrupación, el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, quien dejará su cargo tras los malos resultados electorales en Renania-Palatinado y Baden-Württemberg.

Así lo anunció el secretario general del partido, Christian Lindner, quien dijo que mañana se podría llegar a un acuerdo sobre un candidato para suceder a Westerwelle en el congreso de mayo, aunque no quiso garantizar nada al respecto.

"Teóricamente, es posible presentar una candidatura incluso en medio del congreso del partido. Si mañana habrá una propuesta avalada por la cúpula es algo que en estos momentos no puedo asegurar", dijo Lindner.

Antes de la reunión celebrada hoy, muchos analistas habían dado por descontado que el ministro de Sanidad, Philipp Rössler, sería escogido como candidato a la presidencia del partido para relevar a Westerwelle en mayo.

No obstante, la candidatura de Rössler presentaba un problema y es que, en caso de ser elegido jefe del partido, se esperaba que dejara su actual cartera para pasar a ocupar el Ministerio de Economía, que el actual titular, el también liberal Rainer Brüderle, no quiere abandonar.

Brüderle es visto por muchos como uno de los principales responsables de la reciente catástrofe electoral que llevó a que el FDP perdiese la representación parlamentaria en Renania-Palatinado y la participación en el gobierno en Baden-Württemberg.

Además, Rössler tiene rivales en su aspiración a convertirse en jefe del partido entre los que se cuenta el propio Lindner que hoy se quejó abiertamente de aquellos que han intentado crear la impresión de que la decisión a favor del ministro de Sanidad ya está tomada.

"No veo ninguna justificación para aquellos que, desde la segunda o tercera línea del FDP, buscan el diálogo con la prensa para poner nombres en circulación y crear la impresión de que hay decisiones tomadas sobre las que ni siquiera hemos hablado", dijo Lindner.

Lindner, por otra parte, trató de restarle importancia a la discusión sobre la sucesión de Westerwelle y dijo que de lo se trataba ante todo era de revisar la estrategia política para que el programa liberal llegue mejor a la gente.

"Queremos mantener nuestra identidad programática pero también debemos buscar la forma de que nuestras propuestas le lleguen mejor a la gente", dijo Lindner.

El secretario general subrayó además que Westerwelle seguirá desempeñando un papel importante en el FDP como ministro de Exteriores y, en caso de que su sucesor no sea miembro del gobierno, como vicecanciller en el gobierno de Angela Merkel.

"Joschka Fischer y Frank-Walter Steinmeier nunca fueron jefes de su partido y Hans-Dietrich Genscher sólo lo fue durante menos de la mitad del tiempo de su gestión como ministro de Exteriores", dijo Lindner, aludiendo a antecesores de Westerwelle en sus funciones gubernamentales.

Westerwelle ha estado diez años al frente del FDP como presidente de la agrupación y 17 en la cúpula del partido. Durante su gestión, los liberales tuvieron un gran ascenso, que culminó en las generales de 2009 cuando el FDP obtuvo casi el 15 por ciento de los votos, lo que le permitió formar coalición de gobierno con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel.

No obstante, tras su llegada al gobierno los liberales pudieron llevar a la práctica muy poco de aquellos elementos programáticos que habían atraído a los votantes.

La promesa de una simplificación radical del sistema fiscal con una rebaja de impuestos para todos terminó en una tímida reforma del IVA, que favorece a los hoteleros, lo que le valió a los liberales la acusación de hacer una política sólo para una clientela concreta.

La defensa de la energía nuclear, por otra parte, terminó convirtiéndose en un boomerang tras el renacimiento del movimiento antiatómico en Alemania con la catástrofe de Fukushima.

A diferencia de lo ocurrido con la mayoría de sus antecesores en el Ministerio de Exteriores, Westerwelle no ha logrado aumentar su prestigio político con el ejercicio de esa cartera.

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