Los malos resultados electorales acaban con el líder laborista irlandés

  • Los malos resultados cosechados por la coalición de Gobierno irlandesa en las elecciones europeas y locales del viernes se cobraron hoy la cabeza del viceprimer ministro, Eamon Gilmore, que dimitió como líder laborista.

Javier Aja

Dublín, 26 may.- Los malos resultados cosechados por la coalición de Gobierno irlandesa en las elecciones europeas y locales del viernes se cobraron hoy la cabeza del viceprimer ministro, Eamon Gilmore, que dimitió como líder laborista.

Gilmore, quien también ocupa la cartera de Asuntos Exteriores y de Comercio, reconoció que el partido "ha pagado un alto precio" por asumir, en tiempos de profunda crisis económica, "el riesgo" de participar, como socios minoritarios, con el conservador Fine Gael (FG) en el Ejecutivo de Dublín.

Los laboristas han logrado apenas un 7 % del millar de representantes municipales en juego, después de que su apoyo cayese más de la mitad desde los comicios de 2009, y perderán, además, a los dos eurodiputados que tenían en el Parlamento de Estrasburgo.

En esas elecciones celebradas el viernes, con una participación del 51,6 %, el electorado irlandés castigó al partido de Gilmore, y en menor medida al FG, por la política de austeridad impuesta en el rescate concedido a este país en 2010 por la Unión Europea y el FMI por 85.000 millones de euros, que abandonó con éxito en diciembre.

Poco más de tres millones de irlandeses estaban llamados el viernes a las urnas para elegir a once eurodiputados y 949 representantes municipales en los comicios locales que, a falta de 30 puestos por asignar, han sido ganados por el centrista Fianna Fáil (FF), tercera formación nacional.

Así, el FF, el partido que pidió el rescate en 2010, tiene, de momento, 260 representantes; 231 los "Independientes y otros partidos minoritarios" y 155 el Sinn Féin, el antiguo brazo político del ya inactivo IRA, que triplica los resultados de 2009.

Por contra, el FG del primer ministro irlandés, Enda Kenny, con 225 escaños, pierde en torno a un 8 % de apoyo respecto a hace cinco años, y el Laborista se sitúa en 50, menos de la mitad de los que tenía.

Gilmore, quien tomó las riendas del Partido Laborista en 2007 y lo llevó a cosechar en 2011 su mejor resultado en unos comicios generales, dijo hoy que acepta toda la responsabilidad por el desastre electoral y habló sobre la necesidad de renovar esa formación.

No obstante, el político, de 59 años, se declaró "orgulloso de los avances" logrados desde que la coalición accedió al poder hace tres años, pues sobre ella ha caído todo el peso de la aplicación de las duras reformas recogidas en el programa de ayuda internacional.

"Lamento profundamente la pérdida de buenos representantes públicos. El partido y el Gobierno deben avanzar hacia una nueva fase. Debemos escuchar, prestar atención y actuar después del mensaje recibido el viernes", señaló Gilmore.

También recalcó que su decisión no afectará la estabilidad del Ejecutivo y que seguirá al frente del partido y en el Gobierno hasta finales del próximo mes de junio, cuando su formación elegirá a un nuevo líder.

Será entonces cuando su sucesor podrá mantener conversaciones con Kenny para decidir si Gilmore continúa como jefe de la diplomacia irlandesa y titular de Comercio y sobre quién ocupará el puesto de viceprimer ministro.

A pesar de esta dimisión y los malos resultados electorales, el "Taoiseach" (primer ministro irlandés) también defendió hoy la estabilidad del Gobierno y aseguró que ha "trabajado muy bien" con Gilmore, a quien describió como un "hombre íntegro, valiente y de convicciones".

No obstante, desde la oposición ya han empezado a surgir voces que cuestionan la viabilidad de este Ejecutivo, dado que el nuevo liderazgo laborista buscará cambiar radicalmente de rumbo si no quiere sufrir una derrota más dura aún en las próximas elecciones generales, previstas para 2016.

"La vida de este Gobierno se ha acortado. Un nuevo líder se traduce en nuevas políticas. Nuevas políticas para el Partido Laborista significa discusiones con FG. ¿Llegarán a Navidades?", se preguntaba el diputado independiente Shane Ross, uno de los más valorados en Irlanda.

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