Los periodistas que presenciaron la muerte de Couso, dispuestos a acompañar a Pedraz a Irak

  • El juez de la Audiencia Nacional pide autorización para que la que la comisión judicial se desplace a Bagdad entre los próximos meses de octubre y noviembre y los periodistas están dispuestos a enseñalar 'in situ' cómo ocurieron los hechos el 8 de abril de 2003.
EFE

Los periodistas que presenciaron la muerte del cámara de Telecinco José Couso, el 8 de abril de 2003 en Bagdad (Irak), han mostrado este jueves su disposición de viajar a esa ciudad junto con el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz para indicarle 'in situ' cómo ocurrieron los hechos.

Los reporteros Jon Sistiaga, Olga Rodríguez, Carlos Hernández y Jesús Quiñonero acogen con "gran satisfacción" la orden por parte de Pedraz de busca y captura e ingreso en prisión para la extradición de los tres militares americanos imputados en la muerte del cámara de Telecinco.

Pedraz vuelve a imputar en una providencia y un auto a los militares Philip de Camp, Philip Wolford y Thomas Gibson el delito contra la comunidad internacional en concurso con uno de homicidio, y ha pedido al Consejo General del Poder Judicial autorización para desplazarse al lugar de los hechos y realizar una inspección para investigarlos.

Pedraz también acuerda la inspección ocular del lugar para lo cual asegura que basta que la comisión judicial se desplace a Bagdad entre los próximos octubre y noviembre.

Una comisión que estaría formada, detalla, por él mismo, el secretario judicial y un funcionario de su juzgado, el fiscal y las partes "si estiman oportuno acudir" y los periodistas en calidad de testigos Rodríguez, Sistiaga y Hernández.

Los reporteros, por su parte, afirman que pueden enseñar a Pedraz cómo los militares estadounidenses que dispararon desde un tanque contra el Hotel Palestine, en el que murió Couso, podían leer "claramente" y con "unos simples prismáticos", el nombre del hotel.

Además, aseguran que pueden mostrar al magistrado cómo los ocupantes del tanque "podían ver los balcones del hotel" donde estaban "muchos periodistas claramente identificados con chalecos antibalas, con la palabra 'PRESS' bien destacada".

Los reporteros se ofrecen, asimismo, a indicar la situación de las tres sedes periodísticas independientes "que fueron atacadas por fuego estadounidense" esa mismo día, en el plazo de tres horas, con la consecuencia de tres informadores muertos y varios heridos.

Si viajan con el magistrado de la Audiencia Nacional, los reporteros consideran que éste "podrá acumular herramientas" que muestren "la insostenible tesis" de que los militares que se encontraban en el tanque que disparó contra el hotel no supieran que atacaban a un edificio en el que trabajaban 200 periodistas.

Tampoco, en su opinión, se sostiene la tesis de que los máximos responsables del Ejército estadounidense "no sabían que el Hotel Palestine era el lugar en el que se encontraba toda la prensa internacional, un lugar, por tanto protegido por la ley internacional".

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