Los socialdemócratas se preparan para recuperar el poder en Eslovaquia

  • El opositor partido socialdemócrata SMER se perfila como el virtual ganador, a tenor de las encuestas, de las elecciones anticipadas que Eslovaquia celebrará el próximo 10 de marzo, lo que le permitiría volver a formar Gobierno tras su salida en 2010.

Bratislava, 7 mar.- El opositor partido socialdemócrata SMER se perfila como el virtual ganador, a tenor de las encuestas, de las elecciones anticipadas que Eslovaquia celebrará el próximo 10 de marzo, lo que le permitiría volver a formar Gobierno tras su salida en 2010.

Las últimas encuestas de intención de voto otorgan a SMER un apoyo de entre el 37 y el 41 %, un resultado con el que la formación que preside el ex primer ministro Robert Fico sólo necesitaría un aliado.

"Un gobierno sólido y estable formado por un máximo de dos partidos", ha sido, de hecho, uno de los mensajes electorales del dirigente socialdemócrata.

Desde 1999, cuando fundó SMER, Fico se ha caracterizado por una retórica populista y por su compromiso con la integración en la UE, aunque no tuvo problema en pactar la pasada legislatura con dos formaciones de cuño ultranacionalista, una de ellas, el Partido Nacional Eslovaco, considerada además xenófoba.

Fico se aprovechará ahora de la debilidad endémica de la derecha, que en el pasado hizo frente común contra la socialdemocracia, logrando apearla del poder en 2010, pese a que SMER fue el partido más votado.

Pero la caída del Ejecutivo de coalición -integrado por conservadores, liberales, democristianos y húngaros moderados- de la conservadora Iveta Radicova, tras una moción de censura el pasado 21 de octubre y que fue apoyada por la formación gubernamental Libertad y Solidaridad (SaS), ha pasado factura al centro derecha eslovaco.

Ya no se oyen los eslóganes del pasado, llamando a la unidad de fuerzas para vencer al oponente común Fico.

La novedad de estos comicios es el hundimiento, según las encuestas, de la Unión Democrática Eslovaca (SDKU) del ex primer ministro y actual responsable de Asuntos Exteriores, Mikulas Dzurinda.

Los conservadores de la SDKU, que disponen en el Consejo Nacional de 28 diputados, el 18 % de un total de 150, tendrán, según los sondeos, un apoyo electoral que no supera el 6 %.

La razón de este desplome ha sido una trama de corrupción, conocida como "Gorila", que salió a la luz a finales del 2011 y que se refiere a las escuchas policiales en reuniones de políticos y empresarios durante la segunda legislatura de Dzurinda (2002-2006).

Esos encuentros tenían que ver con procesos de privatización y la financiación de partidos.

Fue el periodista de investigación eslovaco canadiense Tom Nicholson el que publicó las transcripciones de las escuchas y ha decidido llegar hasta el final, dada la aparente inactividad de la Justicia de su país.

La caída de SDKU es de tal calibre que se ha visto sobrepasado por el Movimiento Democristiano (KDH), la formación conservadora de la que se han ido escindiendo diversas fuerzas, incluida la de Dzurinda.

KDH, presidida por el antiguo eurocomisario de Educación Jan Figel, se apunta el 10 % de los apoyos electorales.

El democristiano Figel, ministro de Transporte, Correos y Telecomunicaciones en el actual Gobierno de Iveta Radicova, no goza del carisma de un líder, y le gusta hacer gala de su integridad, a veces cuestionada por haber obtenido del Estado una segunda vivienda de lujo en Bratislava, en condiciones muy ventajosas.

Además de SMER, SDKU y KDH, las agencias de demoscopia también auguran la entrada en el Parlamento de los húngaros moderados, los liberales de Libertad y Solidaridad, y la nueva formación Gente corriente y personalidades independientes.

La agencia demoscópica FOCUS también prevé que, al remolque de la causa "Gorila", llegará al Parlamento una séptima fuerza, el partido 99%, con un mensaje populista, sin un programa de entidad pero con mucho tirón mediático.

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