Los "tories" pierden puntos por el escándalo de Ahscroft

  • Si el Partido Conservador del Reino Unido liderado por David Cameron estaba perdiendo durante las últimas semanas la ventaja que le había sacado en los sondeos a los laboristas poco antes de las elecciones generales, el caso de las triquiñuelas de Lord Ashcroft -multimillonario vicepresidente de los tories- para evadir impuestos está terminando de fulminar los puntos que había conseguido ganar el carismático Cameron como alternativa a Brown.
El líder conservador británico dice hay una lucha entre manos
El líder conservador británico dice hay una lucha entre manos
Matthew Hart | GlobalPost

(Londres, Reino Unido). A sólo unas semanas de que se convoquen las próximas elecciones generales en el Reino Unido, el Partido Conservador liderado por David Cameron ha visto desaparecer el estrecho margen que tenía en las encuestas debido a un escándalo sobre el estatus tributario de una de sus principales figuras: Lord Ashcroft. El Partido Laborista de Gordon Brown, en plena lucha con los conservadores, ha dado a entender que aprovechará al máximo el escándalo.

El ministro de Negocios y Empresas, Lord Mandelson, se burló de David Cameron diciendo que era "demasiado débil" para disciplinar al poderoso Ashcroft sobre su declaración de la renta.

Tras una década de investigaciones sobre su situación tributaria y numerosas afirmaciones del Partido Conservador de que a efectos tributarios Lord Ashcroft residía en Gran Bretaña, el noble reconoció recientemente que no es residente en el país y que por ello, la Hacienda británica no tiene jurisdicción sobre sus enormes ingresos en paraísos fiscales. Según la norma de no-residente, Ashcroft debe pagar impuestos sólo por los ingresos que reciba dentro de Gran Bretaña.

El empresario, que tiene un imperio multimillonario en Belice, en Centroamérica, es vicepresidente del Partido Conservador y uno de sus principales estrategas. Ashcroft posee una lujosa mansión en la costa de la capital de Belice, un yate de 45 metros y un lujoso avión privado Dassault Falcon EX 900, bautizado como el León Volador.

El exótico estilo de vida del noble en su paraíso tropical ha llevado a la prensa inglesa a bautizarlo con el nombre de "Blofeld", en alusión al gran enemigo de James Bond, también amante de las palmeras y el agua mineral.

El escándalo tiene su origen en la década pasada, cuando Ashcroft ofreció una serie de compromisos al Gobierno británico antes de convertirse en noble y miembro de la Cámara de los Lores. Los títulos nobiliarios son una de las cosas más codiciadas en Gran Bretaña y si bien técnicamente la distinción proviene de la Reina, el partido gobernante prepara una lista de británicos aspirantes a caballeros o nobles.

El partido de la oposición también puede proponer nombres y hace 10 años los conservadores presentaron a Ashcroft. La Comisión de Estudio de los Honores Políticos lo rechazó porque no vivía en el país y no pagaba impuestos en Gran Bretaña. Ashcroft escribió a William Hague, entonces el líder de los conservadores, y le "prometió solemnemente" que "residiría permanentemente en Gran Bretaña antes de finales del año". Era el año 2000.

Hague hizo público el compromiso de Ashcroft y describió el gesto como un acto altruista que aportaría millones de libras del empresario a las arcas británicas. El título de nobleza de Ashcroft fue aprobado por el Gobierno laborista y se convirtió en Lord Ashcroft. Sin embargo, el tema de los impuestos siguió dando vueltas. ¿Declaraba? Y si era así, ¿dónde?

Ashcroft intentó restar importancia a las preguntas diciendo que era un tema personal, pero las dudas persistían. Hace dos años, el actual líder de los conservadores, David Cameron, intentó dar carpetazo al asunto. "Estoy satisfecho", le declaró a un periodista del Times de Londres, de que "se cumplan las promesas que hizo [Ashcroft]" y que el empresario sea en realidad un residente en Gran Bretaña y pague impuestos.

Pero al día siguiente, cuando le hicieron la misma pregunta, la respuesta de Cameron había cambiado. "He buscado la confirmación de que las garantías que ofreció [Ashcroft] en su momento se han cumplido y se están cumpliendo", afirmó Cameron. "La manera en que paga sus impuestos… es un tema que se le ha de preguntar a él". Pero en lugar de ir directamente al noble, alguien lo dejó a discreción del Comisario de Información.

A sabiendas que el Gobierno estaba a punto de responder a dicha solicitud, Ashcroft explicó hace poco más de una semana su situación. Sus declaraciones constituyen un jarro de agua fría para Cameron, que había intentado acabar con la imagen de partido privilegiado de la clase alta de los tories. Ahora afronta la presión de su propia gente que considera que es un error abandonar al electorado tradicional, es decir: los ricos.

Por si esto fuera poco, la cómoda ventaja que tenían los conservadores sobre los laboristas hasta hace poco se ha reducido a un 2 por ciento, pese a la continua pérdida de popularidad del primer ministro Gordon Brown. Algunos observadores ahora temen que el parlamento acabe disolviéndose por la falta de acuerdo entre sus miembros, sin una mayoría clara para ningún partido.

Mientras tanto, el liderazgo de Cameron sigue cada vez más cuestionado.En un sondeo semanal, el 70 por ciento de los encuestados ha rechazado la situación tributaria de Ashcroft y un 55 por ciento ha declarado que esto perjudicará a los conservadores. El escándalo ahora amenaza con convertirse en una crisis constitucional: Lord Oakeshott, portavoz del Partido Liberal Democrático, ha escrito a un funcionario del Ejecutivo para exigir que se abra una investigación sobre el título de Ashcroft "y establecer si la Reina confirió un título de nobleza no hereditario… de manera fraudulenta".

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