Los vecinos de José Sócrates en Lisboa, sorprendidos por su encarcelamiento

  • Los vecinos de José Sócrates en Lisboa siguen sorprendidos, días después, por su detención y encarcelamiento y cuentan que, en los últimos meses, se le veía menos por el barrio, "apenas una vez por mes", según coinciden.

Aitor Álvarez García

Lisboa, 27 nov.- Los vecinos de José Sócrates en Lisboa siguen sorprendidos, días después, por su detención y encarcelamiento y cuentan que, en los últimos meses, se le veía menos por el barrio, "apenas una vez por mes", según coinciden.

Sócrates tenía su residencia de la capital portuguesa en un apartamento de lujo en pleno centro de la ciudad, en un edificio restaurado y modernizado que llama la atención a menudo a los turistas, que suelen hacer fotografías del inmueble.

El ex primer ministro luso, hoy encarcelado en la prisión de Évora, desayunaba muy a menudo en la cafetería contigua a su casa, donde uno de los camareros, Carlos, cuenta a Efe que Sócrates "era un gran cliente".

"Cuando era primer ministro venía aquí bastantes veces, pero después ya dejó de venir", recuerda Carlos, quien añade que el ex primer ministro "tomaba el desayuno y hacía algunas entrevistas" de trabajo en el interior del establecimiento.

Se trata de una cafetería con precios más elevados de lo habitual en Lisboa, que sirve comidas a mediodía y se llena de trabajadores de las oficinas de la zona.

Justo enfrente, un grupo de albañiles que trabajan en una obra situada muy cerca de la casa de Sócrates, cuentan que vieron cómo, el pasado sábado, varios coches "llegaban y se iban muy rápido" y que luego supieron que era Sócrates quien iba en uno de ellos.

Se lo cuentan unos a otros y muestran su sorpresa por ver a su ex primer ministro en prisión, pero rechazan hacer declaraciones a la cámara.

Cerca, en un quiosco de prensa situado a pocos metros del edificio donde vivía el ex líder socialista, la propietaria rechaza hablar sobre el caso, aún presente en las portadas de todos los periódicos portugueses.

Conceição, trabajadora en un clínica situada en la planta baja de la vivienda de Sócrates, cuenta a Efe que lo había visto varias veces, "con su traje, su abrigo bonito y paseando, para casa".

El caso Sócrates le parece "increíble" y pide "esperar a ver" cómo avanza la investigación y el proceso judicial.

"De vez en cuando venía", dice Conceição, aunque "no con mucha frecuencia".

Alexandra, gerente de la clínica, también dice haberlo visto "esporádicamente", aunque reconoce a Efe que casi no daba tiempo a distinguirlo, porque "iba directo del taxi al edificio y del edificio al taxi".

Paulo también trabaja por la zona y asegura que le veía "esporádicamente" y precisa que "era raro verlo, solamente el fin de semana a veces, tal vez una vez por mes".

En un restaurante de precios populares situado enfrente de la vivienda de Sócrates, una de sus trabajadoras, Maria, muestra su "asombro" por el proceso judicial contra el ex primer ministro, aunque considera que, como cualquier otro, "si ha delinquido tiene que ir a la cárcel".

Detenido el viernes pasado por la noche en el aeropuerto de Lisboa nada más aterrizar en un vuelo procedente de París, Sócrates fue interrogado durante tres días hasta que el juez Carlos Alexandre, del Tribunal de Instrucción Criminal de Lisboa, decidió aplicarle la medida cautelar más dura antes de que le juzguen, la prisión provisional.

Sobre el caso, bajo secreto de sumario, apenas se sabe oficialmente, a través de la Fiscalía y el Tribunal de Instrucción Criminal, que el ex primer ministro es sospechoso de delitos de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción.

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