Mahou-Calderón, una operación para hacer justicia al Atlético

  • Lo dijo el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón: la operación Mahou-Calderón, que permitirá el derribo del feudo del Atlético y su traslado al que iba a ser estadio olímpico, hará "justicia" a un club del que "esta ciudad se siente orgullosa".

Eduardo Sobreviela

Madrid, 3 jul.- Lo dijo el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón: la operación Mahou-Calderón, que permitirá el derribo del feudo del Atlético y su traslado al que iba a ser estadio olímpico, hará "justicia" a un club del que "esta ciudad se siente orgullosa".

De eso hace ya casi siete años, finalizaba el mes de julio de 2007, y la crisis económica, algunos recursos judiciales y ciertas diferencias de criterio urbanístico acechaban a éste proyecto, planificado como otros en plena época de vacas gordas.

El acuerdo fue suscrito por el hoy ministro de Justicia y los presidentes del Atlético, Enrique Cerezo; la división inmobiliaria del Club, Miguel Ángel Gil Marín; y de Mahou, Juan Gervás.

El Atlético de Madrid, que entonces llevaba diez temporadas sin ganar un título desde el famoso doblete, iba a tener en tres años un nuevo estadio en propiedad con capacidad para 73.000 espectadores y totalmente cubierto gracias a un acuerdo para recalificar los terrenos del club y de la cervecera junto al río.

Entonces se vendía todo lo que se construía, de modo que la venta de los pisos que se iban a levantar en los terrenos de Mahou costearían el nuevo estadio, el derribo del anterior y el parque que iba a sustituirlo.

Y también el soterramiento del tramo de la M-30 que discurría, y todavía hoy discurre y seguirá discurriendo al menos otras dos temporadas, hasta que el equipo se traslade a su nuevo estadio en la temporada 2016-17, bajo la tribuna del Calderón.

Además, el nuevo recinto deportivo junto a la M-40 que se iba a pagar de esa manera sería también el estadio olímpico en los Juegos de 2016 primero y de los de 2020 después.

Como repitió varias veces aquel 30 de julio de 2007 el entonces alcalde, "la ciudad gana y el Atlético también".

Y olvidó decir que también Mahou ganaba, porque hasta que se sumó a esta operación tenía vetada la recalificación de sus terrenos para no premiar la deslocalización que hizo al trasladar la producción a su factoría de Alovera (Guadalajara).

Al final, el derribo de la fábrica de cerveza no se inició hasta enero de 2011, con el Atlético ya campeón de la Liga Europa y de la Supercopa de Europa, y los problemas urbanísticos y los recursos judiciales no se resolvieron hasta el año pasado, otra Liga Europa y otra Supercopa después.

Ahora, con el conjunto rojiblanco campeón de Liga, el proyecto cuenta ya con todos los parabienes para arrancar la tramitación administrativa y el Ayuntamiento ha aprobado hoy el Plan Parcial de Reforma Interior del ámbito que permitirá derribar el Calderón cuando esté terminado el nuevo estadio en la actual "peineta" y soterrar el único tramo de la M-30 que queda en superficie.

Eso sí, con una diferencia importante, porque, aunque la edificabilidad prevista es la misma, sí que se construirá en los terrenos que hoy ocupa todavía el Vicente Calderón, en concreto dos rascacielos algo más altos que la Torre de Madrid.

Dos rascacielos y no cuatro y alrededor de 50 metros más bajos que los que se construyeron en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, que dirán seguro los aficionados atléticos.

El Ayuntamiento no ha informado del plazo en el que toda la tramitación estará acabada pero todo hace pensar que no será en esta legislatura sino en la que comenzará tras las elecciones municipales de mayo de 2015.

Será en esos años, quizá ya con los brotes verdes creciditos, cuando puedan empezar a construirse los rascacielos y el resto de edificios de la operación, se derribe el Calderón y se planifique el soterramiento de la M-30.

El Atlético de Madrid jugará entonces en su flamante nuevo estadio y quizá ese hito sea celebrado con un nuevo título.

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